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DATOS Y CUESTIONES DE Cádiz
Para muchos turistas, especialmente para los procedentes de otros puntos de España, hacer un viaje a Cádiz supone llegar al ‘lejano sur’. Pero al llegar aquí, uno se da cuenta de que la cercanía de sus gentes es incomparable a la de otras zonas del país. ¡Sus gentes son tan abiertas y alegres que parecerán conocerte de toda la vida! Y esto casi se puede considerar una paradoja, puesto que algunos indicadores económicos podrían hacernos pensar que los gaditanos están sumidos en la tristeza. En especial, la tasa de paro, que es sensiblemente más alta que en otras capitales de provincia. Pero si por algo se caracteriza la ciudad es precisamente por lo contrario: el buen humor reinante, que conquista al viajero nada más llegar.
En cuanto a tamaño y población, resulta sorprendente que a pesar de ser la capital de la provincia, Cádiz no es la ciudad más poblada (algo más de 110.000 habitantes), sino la tercera, por detrás de Algeciras y Jerez de la Frontera. No obstante, con esta última conforma la gran área metropolitana de la Bahía de Cádiz-Jerez, la tercera más grande de Andalucía tras la de Sevilla y Málaga. En total, si sumamos ambos municipios y el resto de localidades (Chiclana de la Frontera, Puerto Real, El Puerto de Santa María y San Fernando), la población asciende a más de 600.000 habitantes.
En tu viaje a Cádiz te llamará la atención su ubicación geográfica, pues técnicamente es forma parte de una isla separada del continente por medio del Caño de Sancti Petri, que atraviesa las marismas del estuario del río Guadalete. Este ecosistema tan original se enmarca en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz y genera la sensación en el viajero de que está aislado del entorno, lo cual aumenta su encanto.
La historia de Cádiz es muy rica, como ocurre con la mayor parte de las grandes ciudades andaluzas. Pero un aspecto que la hace aún más fascinante es el misterio de sus orígenes, que no están claros del todo. Es aceptado que fue fundada por los fenicios en torno al siglo VIII a.C, y dieron a este lugar el nombre de Gadir. No obstante, la tradición sitúa dicha fundación antes, en el siglo XI a.C., aunque las evidencias arqueológicas más antiguas no lo ratifican por el momento. Hagamos un repaso a todo ello, etapa por etapa.
Cádiz en el mundo antiguo
Los fundadores fenicios fueron grandes exploradores y navegantes venidos desde el otro extremo del Mediterráneo, y en sus viajes a Cádiz establecieron aquí un asentamiento comercial, como ya hicieran en otros lugares de la costa andaluza (veáse la Historia de Málaga, por ejemplo). Levantaron un templo en honor del dios Melkart, donde hoy está el castillo de Sancti Petri, y estaban especialmente interesados en su posición estratégica para las rutas de comercio de estaño y cobre, de los que el Atlántico era rico.
Pero muchos historiadores ven en Cádiz la ciudad de Tarsis, capital de Tartessos, que los griegos consideraron la civilización más antigua de Occidente. Existen muchas lagunas sobre esta civilización, que se debió de repartir entre las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva, lo que da pie a pensar que esta ciudad fue su capital, aunque se barajan otras posibilidades.
La existencia de Gadir se mantuvo durante la dominación griega del Mediterráneo, pues le dieron el nombre de Gadeira, aunque permaneció del lado de los púnicos, lo que no evitó cierta decadencia. Es importante destacar que, según la mitología grecorromana, este fue el lugar en el que Hércules realizó uno de sus trabajos: emprendió un viaje a Cádiz, o mejor dicho, a las cercanías de lo que hoy es Cádiz, para derrotar al gigante Gerión y su perro de tres cabezas. Y en su expedición, levantó las Columnas de Hércules en el Estrecho de Gibraltar, indicando el límite del mundo conocido por entonces. De hecho, aquí hubo un templo dedicado a este héroe, en el anterior templo de Melkart, pero ya nada queda de ello, salvo algunos restos arqueológicos conservados en el Museo de Cádiz.
Fueron los romanos quienes la relanzaron, bajo el nombre de Gades desde el 206 a.C. y con el de Augusta Urbs Julia Gaditana en época imperial. De estos nombres deriva el gentilicio ‘gaditano’ usado para sus gentes. Fue una de las ciudades más importantes de la Hispania, y sus habitantes tuvieron muy pronto la ciudadanía romana. Según algunas fuentes, fue la segunda ciudad más poblada durante un breve periodo y lugar de residencia de importantes élites romanas. Por suerte, en tu viaje a Cádiz podrás ver vestigios que aún se conservan, como el Teatro Romano, uno de los más grandes de la época, situado muy cerca de la actual catedral.
Cádiz en la Edad Media
La decadencia llegó con las invasiones bárbaras, preludio de la caída del Imperio y el fin del mundo antiguo. Se asentaron los visigodos en el siglo V, que la llevaron a perder tamaño y población. Fue conquistada por los bizantinos en el siglo VI, pero volvió a ser reconquistada en el VII por los visigodos.
La zona de Cádiz tuvo una importancia estratégica en el episodio que cambió la Historia Medieval española: la conquista árabe. Y es así porque la batalla que lo desencadenó fue la del río Guadalete, en la provincia de Cádiz. Además, éste fue un punto que facilitó el paso a las tropas islámicas durante los primeros decenios de dominación.
Posteriormente perdió peso en el conjunto de la civilización andalusí, formando parte del sultanato benimerín, gobernado desde el otro lado del Estrecho. Fue reconquistada en tiempos de Alfonso X el Sabio a mediados del siglo XIII, experimentando desde entonces un cierto resurgir, gracias a una gran autonomía fiscal y sobre todo a la concesión del monopolio para el comercio con el norte de África. Los Reyes Católicos la incorporaron a la Corona a finales del siglo XV y se comenzaron a instalar aquí los astilleros reales de Castilla, una actividad que todavía hoy sigue siendo importante para la economía local.
El descubrimiento de América, otro impulso para Cádiz
Tras el descubrimiento de América en 1492, a la ciudad se le abre un nuevo horizonte: se convirtió en una de las grandes puertas de salida hacia el Nuevo Mundo, pues se produjeron muchos viajes desde Cádiz. Algunos, por descubridores en los primeros años, como el segundo viaje de Colón. Otros se hicieron más tarde, por conquistadores, lo que motivó que a la ciudad llegaran miles de esclavos. Todo ello motivó el nacimiento de una nueva burguesía en torno a estas actividades.
Eso fue la base que posibilitó la elección de Cádiz como sede de la Casa de Contratación en 1717, ya con la dinastía borbón en tiempos de Felipe V, en detrimento de Sevilla, que la ostentaba hasta entonces. Durante poco más de medio siglo tuvo el monopolio del comercio con América y puede considerarse como la época de mayor esplendor de la ciudad, con el breve paréntesis de los daños que provocó el terremoto de Lisboa, como la rotura de las murallas portuarias. Pero en general se consolidó el núcleo urbano, con reformas inspiradas en la Ilustración, y con monumentos que han llegado hasta nuestros días, como la Puerta de Tierra. Fue también la época de la emancipación de la Real Isla de León, origen del municipio de San Fernando.
El siglo XIX comenzó con crisis política, económica y social, ejemplificada en la derrota en la batalla de Trafalgar. Pero durante la invasión napoleónica que comenzó en 1808, se abrió aquí un breve paréntesis que sirvió de inspiración para la posterior tradición democrática española: al ser el único territorio no ocupado por los franceses en 1810, fue refugio de liberales, por lo que aquí y en la vecina San Fernando se promulgaron las Cortes de Cádiz, que dieron a luz la Constitución de 1812 (‘la Pepa’). Algunos lugares que se conservan nos recuerdan este episodio histórico, como el Oratorio de San Felipe Neri, donde se redactó esta Carta Magna. Entre algunas de las medidas que contemplaba estaban la abolición de la Inquisición y la libertad de imprenta.
Pero esta Constitución y su imposición en el Trienio Liberal, que dio lugar al famoso ¡Trágala, trágala! a Fernando VII, fue solo un espejismo. Lo siguiente fue la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis y su batalla en la Isla del Trocadero, aún conmemorada en una plaza de París. Y tras ello, un periodo de fuerte represión y ejecuciones. Durante la Gloriosa Revolución de 1868, Cádiz fue también un polo de levantamiento liberal, lo que dio lugar a la instauración del efímero cantón independiente de Cádiz. Pero la recuperación no llegó, y menos en los decenios siguientes, pues la pérdida de las provincias de ultramar (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) motivó la crisis de 1898, siendo un golpe duro para la zona, con el cierre de astilleros.
Historia reciente de Cádiz
El siglo XX fue una centuria de cierta depresión, con heridas a nivel social como el saqueo de conventos en la II República, la ejecución de numerosas personas durante la Guerra Civil o la explosión de un polvorín en 1947, con grandes daños personales y materiales. A nivel económico, se produjeron diferentes intentos para volver a dinamizar la ciudad, como El Balneario Victoria que motivaría viajes a Cádiz de los primeros adinerados turistas o la Zona Franca para favorecer los intercambios logísticos entre Europa, África y Latinoamérica. Pero el despegue definitivo no se produjo.
En la actualidad, la Armada Española, que tiene su base de operaciones en la vecina San Fernando, es una fuente de trabajo a la que muchos gaditanos se aferran. Los astilleros mantienen su actividad y es otro de los motores económicos de la zona, aunque con altibajos y la constante amenaza de despidos multitudinarios. Por su parte, el turismo aporta su parte de riqueza, con una porción cada vez mayor en el conjunto, acercándose a la nada desdeñable cifra anual de un millón de personas de viaje por Cádiz. Esfuerzos que, sin embargo, no consiguen sacar a la ciudad de los puestos de cola en generación de empleo, en comparación con el resto de capitales de provincia de Andalucía y de España.
QUÉ VER EN TU VIAJE A Cádiz Capital
Como decíamos al principio, uno de los atractivos de la ciudad es su ubicación en sí: forma parte de la Isla de Léon, en la Bahía de Cádiz, en plenas marismas del río Guadalete. Pero se podría asociar más bien al concepto de tómbolo: una isla unida a tierra por medio de un estrecho istmo de carácter sedimentario. Pero en este caso, la tierra firme a la que se une no es el continente, sino otra isla más grande, la mencionada Isla de León.
En cualquier caso, la sola entrada a la ciudad ya será especial, puesto que lo más probable es que tengas que recorrer su istmo (salvo que hagas tu viaje a Cádiz por mar llegando a puerto): irás por una estrecha franja de tierra por donde pasa la autopista CA-33 y donde se sitúa la playa La Cortadura, con el mar envolviéndote a izquierda y derecha. Sensación similar tendrás si entras a la ciudad a través de las autopistas CA-35 o CA-36 desde Puerto Real, pues emplean sendos puentes sobre el mar: el de la Constitución de 1812 y el de José León de Carranza.
Su centro histórico está precisamente en el extremo más alejado a tierra firme, desde la Puerta de Tierra en adelante. Ahí se ubican diferentes barrios con su propia personalidad, pero que conforman una trama urbana unitaria que, por motivos geográficos evidentes, no puede expandirse más. Los barrios con mayor personalidad son El Pópulo, que es la zona más antigua, La Viña, interesante por su señorial aspecto diurno y su marcha nocturna, El Mentidero y Santa María. En cualquier caso, la mayoría de lugares de interés están relativamente cerca uno de otros, como comprobarás en tu viaje a Cádiz. Los hemos agrupado por temáticas, en vez de por ubicaciones
Monumentos religiosos
Desde su conquista en tiempos de Alfonso X, Cádiz tuvo su propia Diócesis e impulsó la construcción de numerosos templos religiosos. El más destacado, lógicamente, es su catedral, dedicada a la Santa Cruz. La que vemos en la actualidad data del siglo XVIII y es la sustitución de otra más antigua, bastante deteriorada. La idea era erigir un templo que estuviera en consonancia con la prosperidad que había alcanzado la ciudad, que ostentaba el monopolio del comercio con América. Su estilo es barroco, con elementos neoclásicos, y los grandes arquitectos responsables fueron Vicente Acero y Torcuato Cayón. Exteriormente, lo que más llama la atención es su simetría, su juego de formas cóncavas y convexas y su bicromía, en blanco de la piedra caliza y en marrón de la piedra ostionera. También destaca la cúpula central, revestida de azulejos dorados en su parte externa, lo que le otorga gran brillo y protagonismo en el skyline gaditano. Esta cúpula también luce con gran luminosidad en su cara interior. Otro elemento de gran valor es la sillería del coro, así como la custodia de plata, atribuida por muchos al gran orfebre alemán Enrique de Arfe. Además, la catedral aloja los restos de gaditanos ilustres, como el músico Manuel de Falla.
Además de la catedral, hay otras iglesias cuya visita puedes incluir en tu plan de viaje por Cádiz. Es el caso del Oratorio de San Felipe Neri, cuyo interés reside en haber sido lugar de redacción de la Constitución de 1812, así como alojar una Inmaculada de Murillo en su interior. Por su parte, el Oratorio de la Santa Cueva es un precioso templo de interior circular con tres obras de Francisco de Goya. También son interesantes la iglesia de Santa Cruz, el templo religioso primitivo de la ciudad, la iglesia de Santiago Apóstol, en la misma Plaza de la Catedral, y la de San José, de estilo neoclásico y obra de Torcuato Cayón, arquitecto fundamental para la imagen actual de la ciudad.
Monumentos militares
Debido a la importancia económica y militar que tuvo Cádiz siglos atrás y que todavía hoy se aprecia por la sede de la Armada Española en la cercana San Fernando, se conservan muchos monumentos de carácter defensivo, que están bien integrados en las rutas turísticas. Otro hecho que provocó la fortificación de la ciudad fue el asalto y conquista de la ciudad en 1596 por parte de una flota anglo-holandesa, con el conde Essex al frente. Duró 15 días pero convenció a Felipe II y a los siguientes monarcas de la necesidad de mejorar sus defensas.
Una de las construcciones más famosas es la Puerta de Tierra (o Puertas de Tierra), gran entrada a la ciudad que es reducto de la muralla que hubo en esta zona, como nos recuerda su torreón, aunque su uso posterior fue el de torre óptica de la línea telegráfica. No obstante, lo que vemos actualmente encaja más con el concepto de puerta triunfal tan en boga durante el neoclasicismo, pues su autor es también Torcuato Cayón. Una puerta que sí formó parte de la muralla medieval de tiempos de Alfonso X fue el Arco de la Rosa. Embutida entre dos edificios de la Plaza de la Catedral, da un toque histórico al lugar.
También tuvo un carácter netamente militar y defensivo el Castillo de Santa Catalina, construido a finales del siglo XVI en su original forma estrellada adentrándose en el mar. A finales del XVII se añadió una capilla, a finales del XVIII se usó como cárcel y hoy se utiliza para eventos culturales. Lo mismo ocurre con el Baluarte de la Candelaria, en el entorno del puerto y muy bien integrado en el litoral gaditano. Su construcción se llevó a cabo en el siglo XVII. Otro castillo interesante es el de San Sebastián, en un extremo de la playa de La Caleta, del siglo XVIII, clave en la defensa del flanco norte de la ciudad. Y el Castillo de San Lorenzo del Puntal fue fundamental durante la Guerra de la Independencia, siendo hoy usado por la Armada Española. Para terminar, las murallas de San Carlos son las más cercanas al Puerto: la función de estos semibaluartes fue siempre su defensa, ya desde sus orígenes en el siglo XVI.
Monumentos civiles
Por supuesto, en sus plazas y calles hay otros muchos monumentos de carácter civil que también nos dejan postales clásicas de la ciudad y que no puedes perderte en tu viaje a Cádiz. Por ejemplo, el Gran Teatro Falla, referente en el panorama cultural local. Construido a finales del XIX, se cuela en todos los televisores españoles cuando tiene lugar el Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval. La Torre Tavira es otro atractivo turístico: construida en el siglo XVIII y con 45 metros de altura, ofrece una panorámica espectacular de la Tacita de Plata. En su interior, en la actualidad, está la Cámara Oscura, que mediante un sistema de espejos, pantallas y lentes de aumento muestra lo que está pasando en el exterior en ese mismo momento. Conviene no confundir con la Torre Tavira II, conocido como el Pirulí de Cádiz, de carácter mucho más moderno.
La Plaza San Juan de Dios es el espacio público más amplio, donde se ubica el Ayuntamiento. De estilo neoclásico, es uno de los edificios más monumentales de la ciudad, amplificado por su característica perspectiva flanqueada de palmeras. ‘La Pepa’ tiene su merecido homenaje en el Monumento a la Constitución de 1812, con esculturas de Aniceto Marinas. En lo alto de la columna central se eleva el libro de la Carta Magna promulgada aquí.
Restos arqueológicos de Cádiz
Como hemos visto, buena parte de lo que hoy se ve en la ciudad nos lleva al siglo XVIII, la época de mayor esplendor económico. Pero escarbando un poco se pueden encontrar lugares de interés muy anteriores. Y nunca mejor dicho, puesto que son yacimientos arqueológicos ubicados en pleno centro, que nos demuestran la antigüedad del poblamiento de este istmo. El más espectacular de todos, cuya visita no puede faltar en tu viaje a Cádiz, es el Teatro Romano. Ubicado en pleno barrio del Pópulo, fue uno de los más grandes de la Hispania romana, con cerca de 120 metros de graderío y una capacidad de cerca de 10.000 espectadores. También es una joya por su antigüedad: se construyó en el siglo I a.C., lo que lo convierte el segundo más antiguo de los que se conocen en el Imperio Romano, solo por detrás del Teatro Pompeyo de Roma. Antes de que cayera en desuso en el IV a.C fue mencionado por importantes personajes de aquella civilización, como Cicerón. Elementos decorativos del teatro, como frisos o cornisas, se conservan en el Museo de Cádiz.
De época romana es también el Enclave Arqueológico Factoría de Salazones. Sus piletas bajo cielo abierto eran el sistema clásico de este tipo de industria alimentaria y se situaban en lo que entonces era un canal, que dividía la ciudad en dos islas. Otros restos romanos visitables o visibles son los columbarios y el Arco de los Blanco, este último a plena vista en la calle San Juan de Dios.
Más antiguo aún es el Yacimiento Gadir, situado bajo el Teatro del Títere. Son restos del antiguo asentamiento fenicio, del IX a.C, y tienen un gran valor por la escasez de vestigios sobre esta civilización en toda Europa. Su sala está muy bien ambientada para contextualizar mejor este viaje al Cádiz del pasado.
Otros lugares de interés
De cara a tu viaje a Cádiz, puedes tomar nota de otros lugares interesantes, ya sea para visitar, pasear o descansar. Por ejemplo, sus parques y zonas verdes. El favorito de los gaditanos es probablemente el Parque Genovés, no solo por su ubicación junto al mar, sino sobre todo por la riqueza y variedad de plantas que en él encontrarás. Hay cipreses podados al estilo inglés, palmeras datileras y otras muchas especies, que superan el centenar. No le anda a la zaga en cuanto a popularidad la Alameda Apodaca, asentada sobre las murallas, desde el Baluarte de La Candelaria. Algunos árboles son realmente espectaculares, como su famoso ficus.
Pero sin duda, lo que le da un toque especial a cualquier viaje por Cádiz son sus playas. ¡Es un lujo tenerlas tan bellas y equipadas en pleno centro! Aunque la provincia está llena de ellas, los gaditanos no necesitan salir de su ciudad para darse un buen chapuzón. Las principales son cuatro, pero lo bueno es que tienen características muy diferentes entre sí. Aquí las comentamos:
Por último, una breve mención a otras playas que también están en el término municipal de Cádiz. Por ejemplo, Torregorda, la más meridional, poco frecuentada por su lejanía al centro. Además, hay reclamaciones históricas para construir o adecuar otras playas artificiales en barrios que no cuentan con zonas de baño, como es el caso de la playa de Los Puntales, que solo se deja ver con marea baja.
Y si en vez de darte un chapuzón durante tu viaje a Cádiz prefieres caminar con el mar como compañero, puedes hacerlo por su Paseo Marítimo, situado varios kilómetros al sur del centro, recorriendo las playas de La Victoria y Santa María del Mar. No obstante, tu paseo te puede llevar dirección norte, por el Paseo del Vendaval. Mucho encanto tiene también el Paseo Fernando Quiñones, que es el que va desde la playa de La Caleta hasta el Castillo de San Sebastián, donde son preciosas las puestas de sol. Precisamente en la playa de La Caleta hay otro bonito paseo frente al litoral, en la Avenida Duque de Nájera. Por su parte, la mencionada Alameda Apodaca se puede considerar también un paseo marítimo, puesto que una de sus calles discurre paralela al litoral. Y si lo que te gusta es ver el trajín cotidiano del Puerto, también puedes caminar por su entorno junto a mar, por el paseo del Almirante Pascual Pery, hasta el Dique Mar de Leva. Al otro lado del Puerto, en la Avenida de la Bahía, disfrutarás de las vistas de los dos grandes puentes de la ciudad y saborearás un ambiente más recreativo, con embarcaciones deportivas.
CULTURA Y TRADICIÓN EN TU VISITA A Cádiz
Si te gusta introducir un toque de cultura y tradición en tus estancias, también lo podrás hacer en tu viaje a Cádiz. Aunque aquí no hay galerías y centros de arte tan renombrados como en otras ciudades andaluzas, sí encontrarás algunos museos que pueden despertar tu interés desde diferentes puntos de vista. El más destacado quizá sea el Museo de Cádiz, por la importancia de los objetos allí depositados, en buena medida procedentes de los yacimientos arqueológicos de la ciudad y de la provincia. Algunas de sus salas están dedicadas a las Bellas Artes, con obras de pintores tan reconocidos como Bartolomé E. Murillo, Pedro Pablo Rubens, Alonso Cano o Francisco de Zurbarán. Otro museo característico es el de las Cortes de Cádiz, el mejor lugar para conocer los secretos de aquellos años de liberalismo y resistencia a los franceses, que dio como resultado la Constitución de 1812. El Museo Catedralicio, con obras de arte de la catedral, y el Museo del Títere, ubicado en las Puertas de Tierra, son otros espacios expositivos que se pueden visitar.
En lo que respecta a las tradiciones populares, varias son las fechas señaladas en el calendario y que pueden coincidir con tu viaje a Cádiz. Llama la atención que aquí no se organice feria, como ocurre en la mayoría de ciudades andaluzas. A ello suelen responder los gaditanos, con su característica gracia, que Cádiz está de fiesta todo el año.
Desde un punto de vista religioso, la Semana Santa tiene mucho seguimiento, con procesiones absolutamente abarrotadas desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección. Decenas de cofradías y hermandades se unen para que todo salga adelante, sacando a la calle tallas de valor artístico incalculable, remontándose al siglo XVIII en algunos casos, mostrando escenas de los últimos días de la vida de Jesús con gran realismo e impacto visual. Otra celebración religiosa con arraigo es el Corpus Christi, sacando en procesión la custodia de Arfe en una ciudad engalanada con alfombras florales.
El Carnaval de Cádiz
OCIO EN Cádiz
En Cádiz es difícil aburrirse, no solo por el buen ambiente que reina por sus calles y por los eventos que se organizan durante el año, sino también por los espectáculos a los que puedes asistir en recintos y locales repartidos por la ciudad. El Gran Teatro Falla, más allá de ser el epicentro del Carnaval, también es el gran espacio escénico de la ciudad. Su programación suele incluir obra dramática, ópera, conciertos intimistas, monólogos y un largo etcétera. Para los más pequeños, el referente es el Teatro del Títere, con representaciones infantiles todo el año.
Como en toda Andalucía, el flamenco es también una seña de identidad de la ciudad, y vive en las llamadas Peñas Flamencas: restaurantes con tablao donde se respira el ambiente familiar y acogedor de estas agrupaciones de amigos. Algunas de ellas son Juanito Villar, Enrique el Mellizo o La Perla de Cádiz. Ese es el ambiente en el que crecieron y se consolidaron estrellas de este género, como el bailaor Antonio Gades.
GASTRONOMÍA DE Cádiz
Como en todas las provincias de Andalucía, comer aquí es un arte y lo disfrutarás a lo grande en tu viaje a Cádiz. Por el centro histórico podrás tapear en numerosos bares y tabernas, o incluso en el mercado de abastos. Para comer de carta o menú sin prisas puedes ir a restaurantes animados y peñas flamencas. Los chiringuitos no faltan, especialmente en la playa de la Victoria. Otra opción son los restaurantes con un toque gourmet, que encontrarás sobre todo en el barrio de La Viña, en los que la carta de vinos está especialmente cuidada.
En tu viaje a Cádiz podrás degustar numerosos platos típicos, comunes a toda la provincia, o específicos de la capital. Una de las señas de identidad de la cocina gaditana es la tortillita de camarones, que es una pequeña tortilla crujiente cuya base se hace de harina de trigo, harina de garbanzos, cebolla, perejil y, en especial, camarones (gambas de la zona), frita en abundante aceite. Cómo no, el pescaíto frito lo encontrarás fácilmente, siendo el más característico el bienmesabe (cazón en adobo). El marisco está a la orden del día, en especial las cigalas, las coquinas, el bogavante, los muergos y las cañaillas, entre otros, pudiéndose hacer cocido, a la plancha o frito. El atún es otro ingrediente señero, en platos como el atún encebollado, pero no te arrepentirás de probar otros pescados como la caballa. Y para sorpresa de muchos, los guisos también son extraordinarios en esta ciudad donde el frío invernal no es tan acusado como en otras zonas de España. Estos platos de puchero los disfrutarás como un niño, en especial la pringá, que son los ingredientes desmenuzados y comidos directamente con el pan. Uno de los platos más famosos es la berza gaditana, con garbanzos y carnes, o la berza de tosantos, típica en la festividad de Todos los Santos.
Si tienes pensado probar algún dulce típico durante tu viaje a Cádiz, puedes optar por la poleá (variante dulce de las gachas), el tocino de cielo (yema de huevo caramelizada y con azúcar) o el pan de Cádiz, que pese a su nombre no tiene nada que ver con el pan (masa de mazapán con confitura, horneado, con aspecto de turrón).
En el apartado de las bebidas, merecen especial mención los vinos, puesto que Cádiz se sitúa en una de las zonas con mayor tradición vinícola, gracias a su vecina (y rival) Jerez de la Frontera. Así que fuera rivalidades, tu viaje a Cádiz será una ocasión inmejorable para probar alguna de las numerosas variedades blancas (Garrido, Palomino, Moscatel, Mantía, Perruno, Macabeo, Pedro Ximénez, etc.) o tintas (Syrah, Monastrell, Cabernet Franc, Merlot, Tintilla de Rota, Garnacha Tinta, Tempranillo, etc.). Aunque la ciudad no es productora como tal, por razones geográficas obvias, sí lo son sus vecinas, que nutren de los mejores caldos las tabernas de la ciudad.
INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJAR A Cádiz
Cómo llegar a Cádiz
En avión: el aeropuerto más cómodo para tu viaje a Cádiz es el de Jerez de la Frontera, situado a unos 40 kilómetros de la ciudad. Sin embargo, no tiene tanto tráfico aéreo como otros de la región: 1 millón de pasajeros aproximadamente, que son usuarios de 4 líneas nacionales (Barcelona, Madrid, Sevilla y Bilbao) y cerca de una quincena de líneas internacionales (Alemania, Bélgica, Reino Unido y Suiza). Por tanto, el aeropuerto de Sevilla puede ser de mayor utilidad, o incluso el de Málaga, pues conectan con muchos más destinos españoles y extranjeros. Por otro lado, no es desdeñable valorar el aeropuerto de Gibraltar, a unos 110 kilómetros, pues tiene conexiones directas con el Reino Unido y Marruecos.
En tren: por desgracia, esta ciudad no tiene servicio de alta velocidad, por lo que tendrías que hacer tu viaje a Cádiz en trenes Alvia o de Media Distancia, no tan rápidos como el AVE. La línea viene de Sevilla y la duración total ronda la hora y media. La estación se encuentra en la Plaza de Sevilla, junto al Puerto y a la estación de autobuses.
Por carretera en coche privado: la autovía que conecta esta zona con el resto de Andalucía y España es la A-4, que en algunos tramos es de peaje (AP-4). Si entras por Puerto Real, tendrás que seguir por la CA-35 o la CA-36, a través de los puentes de La Constitución o de Carranza. Si llegas por San Fernando, lo harás por la CA-33, que recorre el istmo. Calcula un tiempo estimado de 1 hora y 15 minutos desde Sevilla. Si vienes desde Málaga, el tiempo estimado es de 2 horas y media, por la A-7 primero y por la A-381 después.
En autobús: es la opción más económica y con mayor variedad de destinos. Tienen amplia frecuencia las líneas procedentes de Sevilla y Jerez de la Frontera, pero otros destinos al alcance de la mano por esta vía son Madrid, Bilbao, Córdoba o San Sebastián, entre otros muchos. La estación se sitúa junto al Puerto y a la estación de tren, en el entorno de la Plaza de Sevilla
En barco: además de recibir cruceros privados y barcos de mercancías, también permite la llegada de pasajeros. Los tiempos que maneja son mucho más largos que otros medios de transporte, pero lo interesante de hacer un viaje a Cádiz de esta manera es la posibilidad de traer tu coche privado, con el que moverte por las calles de la ciudad. Las líneas operativas en la actualidad son las de las Islas Canarias (Arrecife, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria).
Cómo moverse por Cádiz
Como decíamos más arriba, el centro histórico de Cádiz es bastante manejable a pie porque no es muy grande y porque muchas calles son estrechas o incluso peatonales. Pero si deseas desplazarte más allá de las Puertas de Tierra, necesitarás usar algún medio de transporte. Estos son los que mejor te pueden venir durante tu viaje por Cádiz:
- Autobús: es el medio de transporte público más práctico, puesto que la ciudad carece de Metro y el Cercanías no conecta todos los barrios. Las líneas más usadas por los turistas son la 1 para moverse por el centro histórico y la 7 para moverse por las playas
- Tren de Cercanías: solo cuenta con una línea y 5 estaciones en la ciudad, con frecuencias de dos o tres trenes por hora. Útil para ir desde la zona del Puerto hasta zonas alejadas, como el estadio Ramón de Carranza o la Playa de la Cortadura
- Taxi: son vehículos blancos con una medialuna celeste en las puertas laterales delanteras. Con paradas en los puntos más importantes de la ciudad
- VTC: están ‘desembarcando’ en la ciudad. Por el momento, Uber, y quizá en el futuro Cabify
- Bicicleta: se está promoviendo cada vez más este medio de transporte ecológico, con carriles bici por todo el litoral y por otras calles anchas. El Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz gestiona el servicio +Bici, un alquiler gratuito para usuarios. En Cádiz, el punto de préstamo está en la Terminal Marítima.
e tu viaje por Cádiz:
Oficinas de turismo
Por último, ten a mano estas direcciones durante tu viaje a Cádiz, pues son oficinas donde pueden ofrecerte información sobre la ciudad y sobre la provincia.
- Oficina de Turismo Playa Victoria. Módulo central de la Playa Victoria
- Oficina de Turismo Playa de la Caleta. Paseo Antonio Burgos, s/n
- Centro de Recepción de Turistas. Paseo de Canalejas, s/n
- Oficina de Turismo Avenida José León de Carranza. Avda. José León de Carranza, s/n
- Patronato de Turismo. Plaza de Madrid, Estadio Ramón de Carranza – Fondo Sur – 4ª planta, s/n
- Oficina del Puerto. Avenida 4 de Diciembre de 1977 s/n