Todo lo que debes saber para viajar a Málaga
Por su antigüedad, por su población, por su extensión, por su liderazgo a nivel cultural, por su gran nudo de transportes y por su importancia económica, especialmente en lo que a turismo se refiere. Lo tiene todo para agradar a quienes se acercan a visitarla. Por ello, dedicamos una página de nuestra web a ofrecerte información de cara a tu viaje a Málaga, que no te defraudará.
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Antes de organizar tu viaje a Málaga, hay algunos datos de interés que te conviene conocer, al menos para entender su magnitud. Se trata de una gran ciudad, con cerca de 600.000 habitantes, lo que la convierte en la sexta más poblada de España y la segunda de Andalucía, solo por detrás de la capital, Sevilla.
Pero su gran tamaño no solo se debe a la población de este municipio, sino también a la extensión de su área metropolitana, compuesta por otras 12 localidades que en la práctica forman una misma trama urbana. Esta área urbana, la quinta más importante de España, agrupa a Málaga y su entorno: Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Almogía, Álora, Benalmádena, Cártama, Casabermeja, Coín, Pizarra, Rincón de la Victoria, Torremolinos y Totalán. En total, cerca de un millón de habitantes.
Pero si ves mucha gente por la calle durante tu viaje a Málaga, probablemente también se deba al gran tránsito de turistas que hay por sus calles. No en vano, el aeropuerto que da servicio a esta área metropolitana es el cuarto con más tráfico de pasajeros de España, con cerca de 20 millones al año. Muchos de ellos lo utilizan para visitar la Costa del Sol, pero otros muchos acaban recalando en la ciudad. De hecho, Málaga roza el top 10 de ciudades más visitadas, con cerca de 1,5 millones de turistas, principalmente extranjeros.
Un prejuicio que a menudo se tiene sobre esta ciudad es que carece de la rica y larga historia de la que hacen gala otros destinos de la región, particularmente los municipios distinguidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Sevilla, Córdoba y Granada). Otro error habitual es pensar que queda poco de su pasado, que el boom turístico ha arrasado con todo. Pero durante tu viaje a Málaga te darás cuenta de que nada de esto es cierto: por aquí han pasado numerosas civilizaciones y aunque unas han dejado más huella que otras, todas han aportado su granito de arena hasta convertirla en la ciudad próspera y dinámica que hoy conocemos.
Primeros viajes a Málaga, fundación y conquistas: de fenicios a bizantinos
Bien se puede decir que Málaga es una de las ciudades más antiguas de España, puesto que ya los fenicios habitaban estas zonas antes del VI a.C, ocupando un asentamiento bástulo anterior. Fueron los primeros en realizar viajes a Málaga con un carácter comercial, ocupando un asentamiento en la desembocadura del río Guadalhorce. Lo que atraía a los fenicios eran los yacimientos de plata y cobre, sus posibilidades pesqueras, su riqueza maderera y, por supuesto, su facilidad para el atraque de embarcaciones. Y a los fenicios se les debe el nombre de la ciudad: la llamaron Malaka.
Un término que pervivió en época cartaginesa (púnicos) y que mantuvieron también los romanos: Malaca. De hecho, los romanos pronto le dieron el estatus de municipio de derecho latino, en el siglo I d.C. Se abre así un periodo de gran desarrollo, como demuestran los restos conservados: el Teatro Romano y las Termas, entre otros. Todo se vino abajo con la caída del Imperio Romano y las invasiones bárbaras, que hicieron mucho daño en la costa malagueña. A ello siguió la conquista bizantina en época de Justiniano I, que incorporó Malaca a sus dominios en el sureste peninsular.
La Edad Media: conquista árabe y Reconquista
A comienzos del siglo VIII, Málaga siguió el mismo destino que la mayor parte de la península Ibérica: la conquista árabe. Y se puede decir que la Malaqa musulmana fue una próspera ciudad, con una gran judería, rica agricultura, floreciente artesanía y un dinámico comercio con el Mediterráneo. Al inicio estuvo bajo el dominio del Califato Omeya de Córdoba, aunque no sin dificultades y rebeliones. Durante la llamada época de los Reinos de Taifas, a partir del siglo XI, fue capital de una de ellas con la dinastía hammudí, aunque pronto fue integrada en la taifa zirí de Granada y, más adelante, en el Reino nazarí de Granada. De esta época data su simbólica Alcazaba, que domina toda la ciudad desde el monte Gibralfaro y que supone una de las visitas más interesantes de un viaje a Málaga.
Pero la historia de Málaga cambia en agosto de 1487, momento en el que los Reyes Católicos toman la ciudad, en el contexto de la Guerra de Granada. Un episodio que aún hoy pervive en algunas tradiciones locales: la Feria de Málaga se celebra a mediados de agosto para conmemorar este hecho y la patrona de la ciudad, la Virgen de la Victoria, fue entregada por éstos tras la conquista. Una talla que, según cuenta la leyenda, utilizaba Fernando el Católico durante sus plegarias en el campamento montado para el asedio a la ciudad.
Málaga en la Edad Moderna
Tras la Reconquista se abre un periodo de grandes cambios, como es de imaginar. Sobre la mezquita mayor se comienza a construir la primera catedral y a las afueras del recinto amurallado crecen los nuevos barrios. Esto, junto con la construcción de conventos, provocan que el urbanismo de la ciudad se vea muy modificado. Los siglos XVI y XVII son un periodo inestable en lo social, principalmente por las revueltas moriscas que derivaron en su expulsión, varias epidemias y épocas de malas cosechas. En cualquier caso, Málaga nunca perdió su buena posición comercial, siendo un gran puerto de intercambio con flamencos, ingleses y franceses, principalmente.
Con los Borbones, a partir del siglo XVIII, Málaga empezó a desempeñar un papel militar importante y estratégico, pese a la pérdida del Peñón de Gibraltar en 1704. La nueva dinastía también impulsó algunos proyectos clave para la zona, como el Acueducto de San Telmo para abastecer de agua a una ciudad que continuaba creciendo en población, que ya se había repartido por barrios hoy ya céntricos, como son el Perchel, la Trinidad, Capuchinos y la Victoria. Otros ejemplos de lo que el periodo de la Ilustración aportó a la ciudad son la nueva catedral (la que vemos actualmente) y la Alameda Principal.
Del siglo XIX hasta la actualidad
El siglo XIX, tras la Guerra de la Independencia, deja a Málaga como un referente en dos corrientes que acabaron imponiéndose en la centuria: el liberalismo y la industrialización. En lo que respecta al liberalismo, esta ciudad fue siempre una de sus grandes defensoras, como puede entenderse en un famoso cuadro del Museo del Prado de Madrid: El fusilamiento de Torrijos, de Gisbert, acaecido en los años más duros de la represión absolutista de Fernando VII y que tuvo lugar en la playa de San Andrés. Y en lo que respecta a la Revolución Industrial, esta ciudad fue una de las más importantes de España, atrayendo grandes fábricas como altos hornos, en parte por la influencia de las nuevas grandes familias burguesas malagueñas, conocidas como la oligarquía de Alameda.
Pero a finales de siglo y a comienzos del XX se produce un gran desmantelamiento industrial y una decadencia de la actividad comercial en el puerto. Son años difíciles en la economía, a lo que se suma una gran polarización social, viviéndose aquí algunos de los episodios más duros de la Guerra Civil, como ‘la Desbandá’.
Pero las tornas comienzan a cambiarse desde los años 50, pues la Costa del Sol empieza a erigirse como el símbolo de un nuevo sector al alza en España: el turismo. Primero entre nacionales que organizaban viajes a Málaga y su entorno durante las vacaciones estivales. Pero más adelante, también en otras épocas el año y entre viajeros extranjeros, para quienes las condiciones climáticas de la ciudad son siempre benignas. Esa fue la base de lo que es Málaga en la actualidad: un destino cada vez más desestacionalizado, que apuesta por el turismo de calidad, con turistas que ven en su área metropolitana un lugar interesante visitar, descansar o incluso para establecer su segunda residencia.
Restos arqueológicos, plazas, playas, parques, templos religiosos… Muchas son las cosas que podrás visitar durante tu viaje a Málaga, pues se trata de una ciudad interesante desde diferentes puntos de vista. A continuación te mostramos los más representativos, que agrupamos por zonas o por temáticas para que puedas organizar fácilmente tus recorridos. Sin embargo, no siguen criterios cronológicos, puesto que una nota habitual en Málaga es la superposición de vestigios y elementos de diferentes épocas.
Gibralfaro
El monte de Gibralfaro es una de las zonas que mayor interés te causarán si quieres conocer la historia de la ciudad durante tu viaje a Málaga. Aunque los primeros asentamientos se han datado en la desembocadura del Guadalhorce, ya desde muy antiguo esta colina tuvo una importancia estratégica. Además, el nombre se debe a la existencia de un faro, ya incluso en época fenicia.
De hecho, los orígenes del castillo que lo corona son fenicios, quienes fundaron la ciudad en torno a él. No obstante, la construcción la fortaleza que vemos hoy es posterior, aunque también histórica: por Abderramán III en el siglo X en época del Califato Omeya de Córdoba, ampliado significativamente después por el rey nazarí Yusuf I en el siglo XIV. Fue residencia de Fernando el Católico tras la Toma de la ciudad en 1487 y éste decidió que formara parte de su escudo. Su objetivo primordial era servir de defensa a la Alcazaba. Tiene dos líneas de murallas y ocho torreones. Su Torre Mayor tiene 17 metros de altura y en el complejo se conserva un pozo fenicio y el pozo Airón, con 40 metros de profundidad, excavado en la roca. En la parte superior del castillo hay un Centro de Interpretación para los visitantes.
A los pies del castillo de Gibralfaro se encuentra la Alcazaba, que era una fortificación palaciega, residencia de los gobernantes en época musulmana, construida sobre la base de otra fenicia y púnica. Aunque no conserva el esplendor de otras fortificaciones palaciegas como la Alhambra y algunas reconstrucciones datan del siglo XX, merece la pena insertarla en tu viaje a Málaga porque alberga aún rincones con encanto y porque desde ella hay unas vistas espectaculares de la ciudad y su costa. Algunos de esos espacios singulares son la Plaza de Armas, el Patio de los Naranjos, el Patio de los Surtidores o el Patio de la Alberca. Además, hay restos de relieves y decoración nazarí. Los trabajos arqueológicos han descubierto también restos romanos, como son muros de hormigón con estuco rojizo y pequeñas albercas excavadas en pizarra para la preparación del garum, la famosa pasta de pescado que se elaboraba en grandes cantidades en el sur de Hispania.
Pero los mejores restos romanos de Gibralfaro son, sin duda, los del Teatro Romano, situado ligeramente por debajo de la Alcazaba. Y serán también los restos romanos más importantes que veas en tu viaje a Málaga. Construido en tiempos de Augusto (siglo I), mezcla la tipología griega de aprovechamiento de la ladera para el graderío y la tipología propiamente romana, con construcciones de apoyo donde la ladera es insuficiente. Además de las espectaculares gradas, se conserva el proescenium (escenario), restos de la orchestra (espacio para las autoridades y el coro) o el vomitorium (espacio de acceso a las gradas). También aquí se ha construido un Centro de Interpretación para explicar a los visitantes su historia y usos.
Centro histórico
Pese a que lo más antiguo de la ciudad está en Gibralfaro, lo que se conoce como centro histórico es la zona que queda por debajo de la Alcazaba, lo que en época medieval quedaba dentro del perímetro de las murallas defensivas nazaríes. No obstante, de aquella época medieval apenas quedan algunos espacios, muy modificados con el paso de los siglos, como es el caso de la Plaza de la Constitución, antigua plaza de las Cuatro Calles. En cualquier caso, el trazado de algunas calles, en ocasiones totalmente peatonal, y el ambiente popular que reina aquí nos hace entender que estamos en el casco antiguo de la ciudad. Además, se conserva algún vestigio obra de alarifes islámicos, como la torre mudéjar de la Iglesia de Santiago o la puerta nazarí del Mercado de Atarazanas.
En cambio, el centro histórico sí conserva templos cristianos y conventos, que proliferaron durante los siguientes siglos del Renacimiento y el Barroco. Y algunos de estos edificios religiosos son de visita obligada en tu viaje a Málaga. Por ejemplo, la catedral, conocida entre los malagueños como ‘La Manquita’, pues le falta una de sus dos ‘extremidades’: la segunda torre, erigida solo hasta la mitad. De hecho, está inacabada y el Obispado tiene entre sus planes concluirla en la actualidad, aunque el proyecto debe superar importantes escollos burocráticos.
En realidad, lo que aquí había antes de la dominación cristiana era precisamente la mezquita mayor. Fue a partir de las primeras décadas del siglo XVI cuando comenzó a construirse el templo católico, con diseño inicial de Diego de Siloé y trabajos de los más importantes arquitectos renacentistas durante la centuria, como Andrés de Vandelvira. Este estilo renacentista puede apreciarse todavía hoy en la cabecera. Pero aunque fue consagrada en 1588, permanecía inconclusa. Se retomaron los trabajos con empeño en el XVIII, pero el proyecto volvió a detenerse a finales de ese siglo. Y hasta hoy. No obstante, el templo es digno de admirarse exteriormente, y también en su interior, con algunas joyas artísticas de Andalucía. Así ocurre con la sillería del coro tallada por Pedro de Mena, obra maestra del reputado artista granadino, o la capilla de la Encarnación con un estupendo retablo neoclásico en piedra de Ágata, fruto del trabajo de dos grandes arquitectos del XVIII: Juan de Villanueva y Ventura Rodríguez. Además, el cercano Palacio Episcopal es también uno de los edificios más elegantes de la ciudad.
Además de la catedral, en tu viaje a Málaga puedes incluir la visita de otros templos católicos realmente interesantes. Es el caso de la iglesia de San Juan, con su original fachada policromada, su barroca torre de ladrillo y su juego de mármoles en el interior. O la iglesia de los Santos Mártires, con elementos góticos, mudéjares y barrocos principalmente. O la mencionada iglesia de Santiago, con su campanario decorado con tramos de sebka. Desde un punto de vista religioso, también destaca la iglesia de Santo Domingo de Guzmán por albergar el famoso Cristo de la Buena Muerte, sacado en procesión por los legionarios en Semana Santa.
Por supuesto, el centro histórico alberga otros muchos rincones de interés. Es el caso de los museos y lugares relacionados con Picasso, que desarrollamos más abajo, y animadas plazas, como la de la Merced o la de la Constitución. Otra plaza interesante es la de la Aduana, con el Palacio de la Aduana, elegante edificio neoclásico que en la actualidad es sede del Museo de Málaga. Por su parte, la calle Marqués de Larios es una de las más elegantes y comerciales, totalmente peatonal. Aunque si hay una avenida de la que los malagueños se sienten orgullosos, esa es la Alameda Principal, la gran puerta de entrada al centro histórico por el oeste.
Otros lugares de interés fuera del centro histórico
En tu viaje a Málaga también deberías añadir otros lugares que, aunque no están en el centro histórico, quedan muy a mano de cualquier turista. Son barrios céntricos y animados, interesantes por motivos muy diferentes y que ayudan a completar el mosaico de atracciones de la ciudad. Por ejemplo, La Malagueta y su entorno. Se trata de la playa más urbana y animada de la ciudad, con 1.200 metros de longitud. Uno de sus grandes encantos es disfrutar de unos buenos espetos en sus chiringuitos. En su entorno también destaca La Farola, un faro de tiempos de Fernando VII, imagen icónica del litoral malagueño. Muy cerca está el Puerto de Málaga, profundamente remodelado en las últimas décadas hasta lograr una perfecta integración con el entorno, albergando zona comercial e incluso un museo: el Pompidou. En esta zona también está la Plaza de la Marina, que da la bienvenida a los cruceristas que desembarcan en la ciudad, así como la Plaza de Toros de la Malagueta, de finales del siglo XIX y estilo neomudéjar, donde tienen lugar las corridas de la Feria Taurina de agosto.
Además, hay otros barrios a los que, por unas razones u otras, puedes acudir durante tu viaje a Málaga. Es el caso de La Rosaleda, donde se ubica el estadio de fútbol, el Ensanche Centro al sur de la Alameda Principal con lugares interesantes como el Parque de Málaga, o Ciudad Jardín, un espacio de esparcimiento de los malagueños y donde se encuentra el Acueducto de San Telmo.
Aunque para lugar de reposo, nada como el Jardín Botánico Histórico La Concepción. Esta joya natural creada a mediados del siglo XIX tiene 23 hectáreas, aunque su espacio más singular es el corazón de 3 hectáreas, declarado jardín histórico-artístico. Está muy bien cuidado y sus números hablan por sí solos: 25.000 plantas de unas 2.000 especies diferentes, de las cuales 90 son palmeras y 200 son plantas nativas. De los edificios del jardín destacan dos: la Casa Palacio y la Casa del Administrador. La riqueza y variedad es tal que existen numerosos recorridos temáticos por su interior: Mapa-Mundi de palmeras, las plantas primitivas, la colección de bambús, etc.
Pero no podemos negar que muchos hace su viaje a Málaga con la mente puesta en la playa. Las principales, además de la mencionada Malagueta, destacan la de Pedregalejo o la de San Andrés, muy céntricas. Otras más tranquilas y retiradas son la de Gualdamar, con zona nudista, y la del Campo de Golf. En total suman 16 y son accesibles, seguras y con equipamiento duchas, aparcamiento, juegos infantiles, etc.
La Plaza San Juan de Dios es el espacio público más amplio, donde se ubica el Ayuntamiento. De estilo neoclásico, es uno de los edificios más monumentales de la ciudad, amplificado por su característica perspectiva flanqueada de palmeras. ‘La Pepa’ tiene su merecido homenaje en el Monumento a la Constitución de 1812, con esculturas de Aniceto Marinas. En lo alto de la columna central se eleva el libro de la Carta Magna promulgada aquí.
Sin duda, uno de los grandes reclamos para hacer un viaje a Málaga es la cultura. La ciudad ha querido posicionarse como un destino cultural, quizás el más importante del sur de España. Y lo está consiguiendo, puesto que los amantes del arte encuentran aquí muchos museos, galerías y centros culturales para satisfacer sus expectativas.
Se trata de un tipo de turismo que, además, se considera de calidad, puesto que estos visitantes hacen sus viajes a Málaga durante todo el año, se suelen mostrar interesados en conocer el destino a fondo y poseen un poder adquisitivo medio-alto.
Algunos de los principales museos están ligados al hijo pródigo de la ciudad: Pablo Picasso. Por ejemplo, el Museo Picasso Málaga, situado en la calle de San Agustín, en pleno centro histórico. Contar con un museo en su ciudad de origen era uno de los deseos expresos del artista y alberga más de 230 obras encuadrables en todas sus etapas de creación, tanto de pintura como de escultura y artes tradicionales. Otro de los centros de referencia para conocer mejor la figura de Picasso es la Fundación Casa Natal, ubicada en el número 15 de la Plaza de la Merced. En este inmueble nació el artista y este museo ocupa ahora todas las plantas del edificio. Se trata de un interesante lugar para conocer el trabajo que había detrás de sus obras: grabados, litografías, bocetos, carpetas, portfolios, etc. De entre todos, destacan los dibujos preparatorios de Las señoritas de Aviñón, cuadro que marca un antes y un después en la Historia de la Pintura.
Picasso ha sido el gancho que ha encontrado el Ayuntamiento para promover los centros de arte moderno y contemporáneo. Por ello, hay otros realmente destacables, como por ejemplo el Centre Pompidou Málaga, una sucursal del gran museo parisino. Su edificio es una obra de arte en sí misma, con su ya famoso cubo de Daniel Buren. Se nutre de obras de su matriz, normalmente exhibidas en exposiciones temporales o semipermanentes. Algunos nombres que han pasado o suelen pasar por sus salas son Vassily Kandinsky, Antonio Saura, Miquel Barceló, Joan Miró o Robert Delaunay.
Un concepto muy parecido ha impulsado el Museo Carmen Thyssen Málaga, con obras procedentes de la colección personal de la baronesa y que hasta hace poco solo tenían como posible hogar su sede de Madrid. Ahora, en cambio, se muestran interesantes obras de grandes artistas como Joaquín Sorolla, Mariano Fortuny, Ignacio Zuloaga o Darío de Regoyos, todo ello articulado en cuatro bloques: Maestros Antiguos, Paisaje Romántico y Costumbrismo, Preciosismo y Paisaje Naturalista y por último Fin de Siglo.
En cambio, también puedes añadir arte tradicional a tu viaje a Málaga, con museos que albergan obras de hace siglos o vinculadas a las costumbres populares. Esta es una lista de centros que puedes tener en cuenta para completar tu programa de visitas culturales:
Pero sin duda, lo que hará inolvidable tu viaje a Málaga será su animado ambiente, especialmente si coincide con fechas señaladas del año. Las fiestas mayores de la ciudad se celebran a mediados de agosto, lo que se conoce como Feria de Málaga, en conmemoración de la conquista de esta importante plaza por parte de los Reyes Católicos en 1487. Esta feria se divide en la Feria de Día, en el centro histórico, y en la Feria de Noche, en el Cortijo de las Torres. Las principales calles del centro se engalanan para la ocasión, y en el Cortijo se instala una espectacular portada que cambia de diseño cada año y se ilumina con miles de luces de noche. Toda la ciudad es una fiesta, con bailes, pasacalles, pandas de Verdiales, actuaciones de copla y flamenco, puestos en los que degustar comida tradicional, carpas musicales, etc.
La Semana Santa es otra fecha destacada en el calendario anual de eventos. Decenas de miles de personas acuden a la ciudad a presenciar en primera persona procesiones tan famosas como las del Cristo de la Buena Muerte, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, llegando hasta el medio centenar, aproximadamente.
También es de destacar el Festival de Cine Español de Málaga, con proyecciones en importantes cines, teatros y museos. El periodo navideño también deja interesantes manifestaciones culturales, como la folclórica de los Verdiales, el 28 de diciembre. La fiesta de la patrona es el 8 de septiembre, en honor de la Virgen de la Victoria. Y el Día de San Juan se celebra a la orilla del mar, donde las hogueras instaladas en las playas queman algo muy especial: los famosos espetos.
La gastronomía bien vale un viaje a Málaga, pues aquí se come muy bien, y en general a un buen precio. Sencillez, variedad y sabor intenso son algunas características que predominan en los alimentos y recetas típicas, que se suelen degustar en buena compañía al estilo tapeo. Sus ingredientes proceden de la tierra, pero también del mar, ciñéndose así a lo que fue premiado por la Unesco hace unos años: la dieta mediterránea.
Muchos de los platos típicos de la ciudad lo son también en toda la provincia, y se pueden mencionar entre otros la ensalada malagueña, el puchero de hinojos, los fideos con bacalao o guisos con carnes de la serranía de Ronda, como el rabo de toro a la rondeña. Pero sin duda, algo que no podrás dejar de probar en tu viaje a Málaga es el pescado, que aquí se cocina con mucho ‘arte’. Así ocurre con los platos de fritura malagueña, con rebozado en harina de almorta o trigo, cocción en aceite de oliva y sal como único condimento. En algunos lugares, se aporta un secreto típico malagueño: un pequeño porcentaje de agua de mar en el aceite de oliva para freír. Algunos de los muchos pescados que así se pueden cocinar son el chanquete o el boquerón. Por su parte, el cazón o la caballa también admiten una preparación de este tipo, aunque previamente se trocean y se maceran en adobo.
Y mención especial merece un manjar que bien se puede considerar una auténtica seña de identidad de toda la Costa del Sol: el espeto. Con esta palabra se hace referencia a las largas cañas en las que se ensartan los pescados, normalmente sardinas, para después asarse en leña en plena arena de playa, aunque el ingenio ha llevado a cocinarlas también en barcas rellenas de arena, situadas lejos de la orilla.
Por todo ello, en tu viaje a Málaga podrás comer en establecimientos muy diferentes. Por ejemplo, y empezando por lo último, podrás sentarte a la mesa de un chiringuito, que es un local típico a pie de playa, con estupendas vistas al mar… y el aroma inconfundible de los espetos que se están asando a pocos metros. También encontrarás numerosas tabernas en las calles más concurridas de la ciudad, donde sumergirte en uno de los deportes favoritos de los malagueños: el tapeo. Si prefieres cenar más tranquilamente, puedes reservar mesa en los muchos restaurantes del centro histórico, especialmente numerosos en plazas como la de la Merced. Además, al tratarse de una de las ciudades más cosmopolitas de Andalucía, no tendrás problemas en encontrar locales con cocina fusión o típica de otros países. Y si prefieres una experiencia más gourmet, puedes acudir a los mercados gastronómicos, muy en boga en la ciudad, como el de Atarazanas.
En todos estos establecimientos podrás degustar las bebidas típicas locales, con especial mención a los vinos de Málaga. Adquirieron gran fama tiempo atrás, llegando según se dice hasta la mesa de los zares de Rusia y mencionándose en relatos de Emilio Salgari o Stendhal. Pero si quieres hacerlo al más alto nivel, puedes acudir a las vinotecas o restaurantes-bodega repartidos por el centro histórico.
Y si quieres darte un capricho, puedes probar algunos de los dulces que encontrarás en las pastelerías y reposterías de la ciudad. Tomártelo con una servilleta, sentarse en una terraza y ver pasar la jornada es algo ‘muy de aquí’, que te animamos a hacer durante tu próximo viaje a Málaga. Los pestiños son quizás los más famosos, especialmente en Semana Santa, pero de otras zonas de la provincia llegan, durante todo el año, delicias como las yemas del Tajo, los roscos de vino, las tortas locas o los mantecados.
¿Qué sería de un viaje a Málaga sin tiempo para el ocio? Las propuestas son muchas durante todo el año… y durante todo el día. Si eres madrugador, te encantará ver la salida del sol, que tiene una magia especial en el litoral malagueño. La ciudad aún se está desperezando y las primeras olas del mar empiezan a llegar a la orilla, por lo que es un gran momento para pasear tranquilamente o para tomar un chocolate con churros, desayuno clásico de la ciudad. Cuando el sol está bien arriba, te encantará darte un chapuzón para refrescarte. Y tras la puesta del sol, que también tiene mucho encanto desde la playa, se anima la noche en locales de diferente tipo. La zona más concurrida es la del centro histórico, especialmente desde la plaza de la Merced hasta la Plaza de la Constitución, lo cual incluye calles como Alcazabilla, Plaza de Uncibay, Comedias o Santa Lucía. Si la idea es tomar algo mientras se charla entre amigos, la zona de La Malagueta será la ideal. Y para ocio familiar, centros comerciales como Málaga Nostrum ofrecen cines, boleras, shopping, etc.
En lo que a teatros, musicales y conciertos intimistas se refiere, el Teatro Cervantes es un referente, aunque también los organiza el Teatro del Soho CaixaBank o el Cánovas, entre otros. En lo que respecta a los conciertos multitudinarios, el espacio principal es el Palacio de los Deportes Martín Carpena, pabellón que usa habitualmente el club de baloncesto Unicaja de Málaga.
Como comentábamos más arriba, los festejos taurinos principales tienen lugar en la Plaza de Toros de La Malagueta, un coso de 1ª categoría con capacidad para más de 9.000 espectadores. Las fechas más importantes son las de agosto, por la Feria de Málaga, que suele incluir además la corrida picassiana en honor del artista malagueño, gran aficionado a los toros. Otras fechas importantes se dan en septiembre por las fiestas de Santa María de la Victoria o en junio por los patronos San Ciriaco y Santa Paula.
Cómo llegar a Málaga
Por avión: la opción ideal para viajes a Málaga desde lugares muy lejanos. El aeropuerto de Málaga-Costa del Sol es el cuarto más importante de España en lo que respecta a número de pasajeros, pues la cifra ronda los 20.000 millones de personas al año. Contando las líneas regulares y las estacionales, este aeropuerto conecta con una veintena de destinos en España y más de un centenar de destinos internacionales, tanto de Europa como de África, Asia y Norteamérica.
Por tren: aquí, se abren dos posibilidades principales:
- Cercanías: es el servicio de trenes locales, que conecta a la capital con su provincia. No será de gran utilidad para viajes a Málaga desde otros puntos de Andalucía, pues solo cuenta con dos líneas, pero sí lo será para venir desde otras localidades de la Costa del Sol, como Fuengirola, Benalmádena o Torremolinos
- AVE (Alta Velocidad): es la más interesante para organizar un viaje a Málaga desde un punto de vista turístico, puesto que permite llegar a la ciudad directamente desde otros muchos lugares de Andalucía (Córdoba, Sevilla, Puente Genil, Antequera) y de España (Madrid, Barcelona, Tarragona, Zaragoza). La estación de AVE es María Zambrano, junto a la estación de autobuses, en el distrito de Cruz de Humilladero
Por carretera en coche privado: Málaga está muy bien conectada por carretera con su entorno, lo que no evita que se puedan producir atascos de entrada a la ciudad en hora punta. Las principales autovías de acceso son:
- A-45: por el norte, desde Antequera
- A-7: por el este y el oeste. Es la gran autopista del Mediterráneo, que a su paso por la ciudad no es de peaje
En autobús: una opción habitual para la gente local en sus viajes a Málaga, pues es el medio de transporte más económico. La estación central se ubica en el Paseo de los Tilos, cerca del centro aunque al otro lado del río Guadalmedina, frente a la estación de tren María Zambrano. Las compañías que operan aquí conectan la ciudad con otros pueblos de la provincia y con importantes ciudades de Andalucía, España e incluso de otros países, como Bucarest (Rumanía), Coimbra y Oporto (Portugal) o Casablanca y Marrakech (Marruecos).
Por barco: aquí, de nuevo, se abren dos posibilidades para tu viaje a Málaga: Por línea regular de ferry: no tienen una frecuencia tan alta como el autobús, el tren o el avión, y sus trayectos son sensiblemente más largos, pero lo cierto es que puede ser una buena solución para quienes desean hacer un viaje a Málaga sin renunciar a su propio coche desde las otras ciudades portuarias, integradas en líneas con los siguientes recorridos:
- Melilla (trayecto directo de ida y vuelta)
- Ceuta (como final de una línea que también pasa por Melilla)
- Fos - Barcelona - Sagunto - Casablanca - Tánger Med - Vigo - Borusan - Yenikoy - Pireos - Constanza
- Valencia - Alicante - Cartagena - Barcelona - Las Palmas - Tenerife - Casablanca
- Tarragona – Barcelona – Alicante – Las Palmas – Tenerife – Arrecife – Génova
- Algeciras - Tánger Med - Manzanillo - Mewark - Panamá - Buenaventura - Guayaquil
- Algeciras - Montreal - Valencia - Sagunto - Barcelona - Génova - Fos - Sur Mer
- Barcelona - Setúbal - Sheerness - Grimsby - Tyne - Zeebrugge - Santander
Cómo moverse por Málaga
Y una vez desembarcado de tu viaje a Málaga, toca moverse por la ciudad. En este caso, hemos dividido las opciones en dos grupos: los que utilizarás por utilidad y los que utilizarás por placer. Veámoslos:
- Medios de transporte útiles para el transporte
- Metro: tiene dos líneas y es útil para moverse por la zona situada al oeste del río Guadalmedina. La estación más cercana al centro histórico es El Perchel, donde convergen ambas líneas
- Autobús: tiene más de medio centenar de líneas diurnas y cinco nocturnas. Muchas de ellas tienen como cabecera Alameda Principal, una de las principales puertas de entrada al centro histórico
- Taxi: son los coches blancos con raya azul en los laterales. Los encontrarás en los principales nodos de transporte y en numerosas paradas del centro, aunque también podrás alzar la mano y pararlos si te viene bien. En la ciudad también funcionan los ya habituales servicios de Uber y Cabify, y son vehículos de color oscuro, normalmente de alta gama.
- Vehículos de alquiler: por supuesto, en tu viaje por Málaga puedes desplazarte en coche privado. Si vienes de muy lejos, tienes la opción de alquilarlo, con diferentes oficinas en la estación de AVE María Zambrano, en el aeropuerto o en otros puntos estratégicos. Para aparcar, ten en cuenta que el centro es zona de estacionamiento regulado y que tienes parkings privados en muchos puntos de la ciudad. Cerca del centro histórico, por ejemplo, en la Plaza de la Marina.
- Bicicleta: es también una opción para moverse por el centro, pues la ciudad cuenta con un sistema público de alquiler, llamado Málagabici. Los primeros 30 minutos de uso son gratuitos. Se puede coger en una estación y dejarla en otra distinta.
- Medios de transporte para disfrutar: los puedes utilizar para moverte por la ciudad, pero están más pensados para vivir la experiencia del trayecto en sí. Son los siguientes:
- Coches de caballos: un viaje por Málaga en caballo es una experiencia especial. Varias son las empresas que los ofrecen, en rutas que suelen durar unos 45 minutos
- Paseos en barco: la mejor opción para ver la Costa del Sol y Málaga ciudad desde un punto de vista diferente: la Farola, el monte de Gibralfaro o el Puerto aparecerán ante tus ojos como no los habías visto antes
- Bus turístico: como gran ciudad turística que es, Málaga también cuenta con su autobús panorámico descapotable. Una de sus líneas lleva hasta el Jardín Botánico, mientras que la línea principal (color rojo) recorre los lugares turísticos arriba descritos
- Segway: empresas privadas que ofrecen este sistema de movilidad eléctrica individual, para recorridos a pie
- Bicis de alquiler: empresas que alquilan bicicletas para rutas turísticas, por lo que se recogen y se devuelven en el mismo punto
Oficinas de turismo
Por último, en tu viaje a Málaga te será útil tener a mano las direcciones de las oficinas de turismo, que son las siguientes:
- Centro de Recepción de Visitantes Ben Gabirol. C/ Granada, 70
- Oficina Municipal de Turismo – Central. Plaza de la Marina, 11
- Punto de Información Turística – Zona Alcazaba. Plaza de la Aduana, s/n.
- Punto de Información Turística – (Vialia, Estación María Zambrano). Calle Explanada de la Estación, s/n
- Punto de Información Turística-Aeropuerto Terminal 3. Avenida Comandante Garcia Morato, 1. Llegadas
- Oficina Casita del Jardinero. Avenida de Cervantes, Casita del Jardinero
- Oficina de Turismo de la Junta de Andalucía. Calle Compañía, 40