Turismo rural en Almería: sorpresas para todos los visitantes
Mientras la costa explota su belleza paisajística y submarina (Parque Natural Marítimo-Terrestre del Cabo de Gata y Níjar) y la capital se muestra cada vez más dinámica culturalmente, el turismo rural de Almería se concentra sobre todo en el interior de la provincia. Las propuestas están muy condicionadas por el paisaje, que es uno de los más singulares de toda España. La extrema aridez de amplias zonas da lugar a los mejores exponentes de badlands, mientras que las sierras que se despliegan en diferentes áreas aportan un contrapunto verde con resultados sorprendentes para todo tipo de viajeros. En esta página te contamos qué puedes visitar si quieres disfrutar de una estancia desestresante y alejada de masificaciones, en pueblos con una belleza diferente a lo que Andalucía suele acostumbrar.
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Las comarcas del extremo occidental de la provincia están entre las mejores para hacer turismo rural en Almería. Son la Alpujarra Almeriense y el Poniente Almeriense. De hecho, albergan las sierras de mayor altitud en la provincia. En primer lugar, Sierra Nevada, que se adentra desde Granada con picos que aquí se elevan por encima de los 2.500 msnm, como el Chullo y el Almirez. Y en segundo lugar, la Sierra de Gádor, con montañas de gran personalidad, como Morrón de la Lagunilla (2.249 msnm). Y ambas sierras cuentan con espacios verdes protegidos, que suponen todo un aliciente para quienes viajan en familia, en pareja o con amigos.
Aquí se encuentran los paisajes más verdes y húmedos de la provincia. Y esto es así gracias en buena medida a las nieves que tiñen de blanco las cumbres hasta bien entrada la primavera y que riegan los valles con ríos y arroyos abundantes en época de deshielo. Precisamente por ello, los viñedos encuentran aquí el único lugar para asentarse con calidad y de forma sostenible.
La alpujarra almeriense: 100% auténtica
Aunque no es tan famosa como su hermana granadina, la Alpujarra almeriense tiene mucho que ofrecer. Y de hecho, es una de las zonas más atractivas para practicar turismo rural en Almería. Comparte características con su vecina, pues han conformado siempre una misma comarca histórica, hoy dividida a la altura del Puerto de La Ragua. Si en la parte granadina el eje vertebrador es el valle del río Guadalfeo, aquí lo es el del Andarax, con la Sierra de Gádor como cordillera costera sobre la que se asienta la Alpujarra Baja almeriense, frente a la Alpujarra Alta de Sierra Nevada. En este entorno montañoso, sorprenderá la variedad de paisaje en función de la altitud, los cultivos en bancales, los arroyos llenos de fuerza, que en en ocasiones van canalizados en acequias…
Por supuesto, también comparten historia y cultura: tierra nazarí durante varios siglos, las tradiciones islámicas tuvieron mucho peso incluso después de la Reconquista gracias a la población morisca. Estos, en tiempos de Felipe II, provocaron la Rebelión de las Alpujarras (1598-1571) ante el endurecimiento contra ellos de la política religiosa, lo que provocó su deportación masiva.
Y en los pueblos, se mantiene ese carácter típico andalusí, con caseríos laberínticos adaptándose a la ladera de la montaña y formando calles que desafían las leyes de la gravedad. Tinaos, terraos, pequeñas huertas y cal que cubre por doquier casas construidas con materiales de la tierra, como guijarros, pizarra o maderas de los bosques locales, formados a menudo por nogales, álamos o castaños.
Si vas a hacer un viaje de turismo rural por Almería y quieres descubrir los pueblos con mayor encanto, esta es una lista de propuestas:
- Bayárcal: está incluido en el Parque Natural de Sierra Nevada y su ubicación es estratégica, pues se enclava en el Barranco de La Ragua (en la frontera con la Alpujarra granadina). Por aquí pasa la ruta serrana hacia el Marquesado y Guadix. Su caserío, escalonado en la montaña, es todo un mirador hacia el valle
- Laujar de Andarax: capital de la comarca, es sin duda uno de los pueblos más atractivos para disfrutar del turismo rural en Almería. No sólo ofrece la belleza paisajística de los enclaves alpujarreños, sino también una gran riqueza patrimonial, entre las más destacadas de la comarca. Destaca la iglesia de la Encarnación, del siglo XVII en ladrillo y mampostería para los muros y teja árabe para las cubiertas. Sus dimensiones y belleza hacen que se la considere ‘la catedral de la Alpujarra Almeriense’. Se conservan las ruinas de una alcazaba que, según la tradición, albergó al rey Boabdil tras su expulsión del Reino de Granada. Sus ermitas y sus fuentes también aportan un encanto especial al pueblo. Y sus bodegas de vino son toda una excepción en la provincia y, por tanto, una buena excusa para visitarlas
- Alhama de Almería: situado en las estribaciones de Sierra de Gádor, conserva un interesante patrimonio religioso, en especial sus ermitas, entre las que destaca la de San Antonio de Padua. Su construcción más histórica son los Baños Árabes: la civilización islámica aprovechó las aguas termales de este paraje. La Puente, sobre el Barranco del Serbalillo, es una interesante construcción de finales del XVII, muy bien integrada en el paisaje alhameño
- Alcolea: en el punto de inflexión entre Sierra Nevada y la Sierra de Gádor, sobresale su iglesia de San Sebastián. Engloba también los núcleos de Lucainena y Darrícal, donde está la interesante iglesia del Santo Ángel Custodio
Interior del Poniente Almeriense
Aunque lo más conocido del Poniente Almeriense es su Campo de Dalías, cubierto en la actualidad por su explotación agrícola en invernaderos, en el interior se pueden encontrar algunas propuestas interesantes para quienes desean hacer turismo rural en Almería. Este es un breve listado:
- Berja: se considera la frontera entre el Poniente y la Alpujarra almerienses. Su templo principal es la iglesia de la Anunciación, en estilo neoclásico, mientras que la Torre de los Enciso es anterior: del siglo XVI, en estilo mudéjar. La Plaza Porticada o de Abastos, de 1860, es la más elegante de todas, y también un buen lugar para tomar algo en sus terrazas. Pero lo más interesante de este municipio está en sus alrededores: el Parque Periurbano de Castala, uno de los mejores lugares para practicar senderismo al oeste de la provincia. Desde su mirador, con merendero, se alcanza a ver la Reserva Natural de la Albufera de Adra y representa un lugar habitual para el entretenimiento de familias
- Enix: considerado uno de los pueblos blancos de Almería. Aquí, sierra y mar se dan la mano, pues parte de su término municipal está en la costa y tiene una pequeña playa de piedras, mientras que su núcleo antiguo está situado en las laderas meridionales de la Sierra de Gádor. Ahí se pueden realizar paseos por la naturaleza, llegando a lugares como el Peñón del Sombrero o el Parque Eólico
- Vícar: su edificio más singular es la iglesia-fortaleza de San Benito, en mampostería, del siglo XVI. En sus alrededores, llamará la atención el Acueducto de los Veinte Ojos, en el Barranco de Carcáuz
El norte de la provincia supone una de las sorpresas más agradables que se pueden llevar quienes hacen turismo rural por Almería. Tanto a nivel de paisajes como a nivel artístico y monumental. Aquí se ubica el Parque Natural de Sierra María-Los Vélez, uno de los escasos espacios naturales donde el verde es el color predominante por doquier: pinos carrascos y laricios de repoblación tienen buena parte de culpa, pero también encinares en las cotas bajas. Y por supuesto, una gran variedad de matorral, destacando el romero y el esparto, entre otros. Además, es el hábitat natural de numerosas aves, especialmente rapaces.
Su ubicación geográfica también ha facilitado una mezcla de culturas que se aprecia en arquitectura, la gastronomía y otros aspectos. Lugar de tránsito entre Andalucía y el Levante, está en estrecho contacto con otras poblaciones de las vecinas Murcia, Albacete y Granada. Su cultura hunde las raíces varios miles de años atrás, pues fue hogar del hombre prehistórico. De ello, se conservan testimonios de enorme valor en forma de pinturas rupestres.
La comarca en realidad se compone sólo de cuatro municipios, pero todos ellos interesantes:
- Vélez-Blanco: ubicada a más de 1.000 msnm, goza de aire puro, tierras fértiles y vistas panorámicas de toda la región. Ingredientes todos ellos que cautivan a quienes hacen turismo rural en Almería. Pero hay más: sus monumentos están entre los más bellos de toda la provincia. En especial, el Castillo de Vélez-Blanco, construido por el Marqués de los Vélez a comienzos del siglo XVI. Se trata de una bella combinación de arquitectura militar en su exterior y palaciega en sus interiores, con decoración de escudos y columnas. El patrimonio religioso también es notable: su iglesia de Santiago Apóstol es la más destacada, pero otras visitas no menos interesantes son la ermita de la Concepción y el Convento de San Luis. Pero sin duda, el gran tesoro de Vélez-Blanco es su Cueva de los Letreros, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dentro del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo. Sus pinturas, datables hacia el 5.000 a.C, incluyen el Indalo, que se ha convertido en una seña de identidad de la provincia: un dibujo enigmático que representa a una figura sosteniendo un arco sobre la cabeza
- Vélez-Rubio: es la capital de la comarca y todo su casco antiguo es un monumento, pues fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía. Su construcción más destacada es la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, una joya barroca en ladrillo, con aspecto de catedral. Su Plaza de la Encarnación también destila encanto. Además, conserva las ruinas del Castellón, una antigua fortaleza nazarí
- María: este municipio da nombre a la sierra de la comarca, por lo que es la puerta de entrada perfecta para realizar rutas por este Parque Natural. En el pueblo, destaca la iglesia de la Encarnación, construida en el siglo XVI sobre una antigua mezquita árabe
- Chirivel: muy adecuado también para adentrarse en la sierra, su paisaje está dominado por bosques de pino y montañas calizas. En su término municipal está el yacimiento arqueológico de El Villar, de época romana. Un Centro de Interpretación ayuda a comprender la visita entre esculturas, mosaicos, cerámicas y otros elementos
La comarca del Valle del Almanzora toma su nombre de este río, que discurre al norte de la Sierra de los Filabres y al sur de la Sierra de las Estancias, por un entorno paisajístico de contrastes: huertas, almendros o naranjos son algunas sorpresas que abundan por aquí, en un corredor que se considera un pulmón verde de la provincia. La mayoría de pueblos giran en torno al mármol, que se extrae de las entrañas de estas tierras y representa una seña de identidad. Así puede apreciarse, por ejemplo, en la gigantesca escultura de Antonio López en Olula del Río: Mujer nadadora. La artesanía, en especial la alfarería, tiene aquí mucha tradición también, con experiencias que se pueden vivir en primera persona y suponen un aliciente para quienes organizan su viaje de turismo rural a Almería.
Algunos de los pueblos en los que puedes detenerte son:
- Albox: famoso principalmente por el Santuario del Saliente, meta final de una de las peregrinaciones más importantes del sur de España. Los fieles visitan la imagen dieciochesca de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente. El templo está a la altura de su devoción: una humilde pero elegante construcción barroca de mediados del siglo XVIII. En el pueblo, destaca la iglesia de Santa María, con portada barroca que recuerda al Convento de las Puras, de la capital almeriense. En los cerros de los alrededores, las ruinas de varias torres musulmanas del XIII aún se mantienen en pie
- Líjar: este pueblo ha adquirido cierta fama entre quienes hacen turismo rural por Almería. Y el motivo no es otro que su castillo que, a diferencia del resto, no es histórico: lo construyeron en mampostería varios albañiles del pueblo en 2005. Pero su belleza y buena integración son celebrados por propios y extraños. En sus alrededores, la Cueva del Moro se presenta como un buen lugar para iniciar a los más pequeños en la espeleología
- Oria: imponente es su basílica de las Mercedes, en ladrillo y de estilo barroco tardío (siglo XVIII). También son visibles los restos de varias torres vigía en algunos cerros de su término municipal
- Zurgena: apacible pueblo situado en los últimos kilómetros del río Almanzora, que cuenta con dos edificios religiosos relevantes. El primero, la iglesia parroquial del siglo XVI. El segundo, la ermita del Calvario, en estilo ecléctico (siglo XIX)
La Sierra de los Filabres es, en realidad, la continuación de la Sierra de Baza: un espacio no protegido de unas 150.000 hectáreas que, no obstante, ofrece muchas posibilidades para el senderismo y para el turismo rural en Almería. El matorral (esparto, jara, piorno azul, etc.) se combina con extensiones dispersas de pinos de repoblación, encinares y otros árboles mediterráneos, configurando un espacio verde que, en determinados municipios, queda interrumpido por canteras de mármol.
Estas son algunas localidades que podrían ser de tu interés:
- Gérgal: dos construcciones compiten por el dominio de las alturas en este pueblo. La primera, el Castillo de Gérgal, en mampostería de lajas de pizarra y con una singular estructura que combina el cubo de la torre central almenada y los cilindros esquineros a modo de contrafuertes. La segunda, el Observatorio de Calar Alto, que es uno de los más grandes de toda Europa, con diversos telescopios, entre los que destaca un reflector 3,5 m
- Purchena: desde los restos de su alcazaba árabe se domina todo el pueblo. Y en él sobresale su iglesia de San Ginés, en cuyo interior se puede contemplar una bella techumbre de madera de par y nudillo
- Serón: muchos de los que vienen de turismo rural a Almería, lo hacen con la vista puesta en sus jamones serranos, uno de los productos cárnicos más renombrados de la provincia. Además de deleitar el paladar, el viajero puede hacer lo mismo con la vista, por ejemplo desde el Mirador panorámico de la ermita de la Virgen de la Cabeza. O con la barroca iglesia de la Asunción, del siglo XVII
- Fiñana: un pueblo interesante para hacer turismo rural por Almería, pues conserva rincones de gusto humilde y popular en su interior, así como construcciones singulares. Por ejemplo, la antigua mezquita, hoy ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno, donde aún se pueden admirar yeserías del siglo XII
En el centro de la provincia se abre un entorno diferente pero propicio para el turismo rural en Almería: el Desierto de Tabernas. Este Paraje Natural surge entre la Sierra de los Filabres y la Sierra Alhamilla, quedando aislado de la humedad del cercano Mediterráneo. Esta última sierra, que surge apartada entre el Bajo Andarax y el Campo de Níjar, está muy relacionada con el desierto, haciendo las veces de pulmón vegetal gracias a los encinares dispersos que aquí aparecen, toda una reliquia en tierras almerienses.
El Desierto de Tabernas está protegido como Paraje Natural por la Junta de Andalucía. Su acusada aridez le confiere un paisaje icónico de badlands o tierras baldías, recibiendo precipitaciones inferiores a los 250 mm anuales. Tiene un enorme interés geológico y es objeto de continuas investigaciones acerca de sus extremas condiciones climáticas. Ello ha generado endemismos en flora, como un tipo concreto de crucífera, o la abundante presencia de arbustos, como las adelfas. También ha surgido un hábitat al que se adaptan diferentes animales, como culebras de escalera, zorros y erizos españoles. Lo mismo ocurre con las aves: tanto este desierto como la vecina Sierra Alhamilla son ZEPA, hogar de una apreciable variedad de especies, sobre todo las esteparias, como el avión roquero. El cerro más simbólico de este entorno es el Pico Alfaro (619 msnm), mientras que en la Sierra de Alhamilla se alcanzan cimas por encima de los 1.200 msnm (Pico de Colataví, 1387 msnm).
Todas ellas son características muy peculiares que no pasaron desapercibidas para la industria cinematográfica internacional, que se fijó en este rincón almeriense para rodar numerosas películas del llamado Spaghetti Western: largometrajes de temática del Oeste pero rodadas en suelo europeo, especialmente en Italia y España. Algunas de las cintas más famosas con escenas rodadas aquí fueron las de Sergio Leone, como El bueno, el feo y el malo. Y la región está explotando este atractivo, que también puede servir de tema de interés para quienes vienen a hacer turismo rural a Almería. Prueba de ello es el parque temático Oasys MiniHollywood.
Pueblos interesantes del entorno
Algunos pueblos propicios para hacer turismo rural en Almería están aquí, como es el caso de Tabernas. El paisaje que le envuelve parece trasladar al viajero a rincones del Lejano Oeste, aunque algunos elementos nos delatan el pasado islámico y posteriormente cristiano del lugar. Por ejemplo, el castillo de Tabernas, del siglo XI en estilo nazarí, cuyas vistas permiten una contemplación amplísima del desierto. Dentro del pueblo, uno de los espacios de mayor interés es el Centro de Interpretación Terrera Ventura y Desierto de Tabernas, que no sólo explica didácticamente las claves medioambientales del desierto, sino también las del yacimiento Terrera Ventura, en el final del Neolítico (2.300 a.C, aproximadamente).
Aunque si hablamos de belleza, Níjar sobresale como uno de los más bonitos para hacer turismo rural en Almería. Su término municipal es muy vasto: va desde las faldas meridionales de la Sierra de Alhamilla hasta la costa, con playas y calas de interés, así como numerosas pedanías. Sus casi 600 km2 se extienden por buena parte de Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Pero quienes deseen quedarse en el pueblo, disfrutarán de rincones con encanto y construcciónes de gusto popular. La Plaza de la Glorieta es su lugar de reunión, donde se encuentra el Ayuntamiento y la iglesia de la Anunciación (siglo XVI), con elementos mudéjares y un peculiar campanario, que cumplía también la función de torre-fortaleza. En este sentido, también se conserva la red de torres vigías medievales repartidas por su territorio. Y repartidas por sus pedanías hay una amplia lista de lugares de interés: el molino y acueducto de Fernán Pérez, el castillo de San Felipe, el cortijo del Fraile (donde tuvieron lugar las Bodas de Sangre de Federico García Lorca), la noria y el lavadero de Torre de los Frailes o la iglesia de Santa María y el castillo de Huebro. Además, cabe destacar su Mariposario, un espacio único para conocer más de 300 especies de estos lepidópteros.
Otro pueblo del entorno es Gádor. Aunque pertenece administrativamente a la Comarca Metropolitana de Almería, su ubicación le hace muy adecuado para realizar visitas por el desierto y la sierra. Su edificio más importante es la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, a caballo entre el barroco y el neoclásico, con participación del arquitecto real Ventura Rodríguez. También cabe mencionar Santa Fe de Mondújar: por su casco urbano cruza el puente ferroviario proyectado por el equipo de ingenieros de Gustave Eiffel, a finales del siglo XIX. Y a sus pies, los restos de una torre nazarí, que es la construcción histórica de mayor importancia, junto con la iglesia de la Virgen del Rosario.Sin embargo, lo más destacado de estos dos últimos pueblos es el yacimiento de Los Millares, que representa una de las visitas estrella para un viaje de turismo rural en Almería. El yacimiento, que se extiende por parte de ambos términos municipales, se considera uno de los enclaves más importantes de la Edad del Cobre en Europa (2700-1800 a.C.) y una de las primeras ciudades del Viejo Continente. Contaba con cuatro líneas de muralla, una decena de fortines y más de cien tumbas colectivas, lo que da cuenta de su envergadura. Su buen estado de conservación eleva la calidad de la experiencia para sus visitantes.
La comarca del Levante Almeriense y la Comarca Metropolitana de Almería tienen gran tirón en lo que a sol y playa se refiere, con famosos destinos como Mojácar o la propia capital. Sin embargo, en su interior también cuenta con buenos pueblos para hacer turismo rural en Almería, que no sólo tienen como aliciente la cercanía del mar para darse un chapuzón, sino también el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en cuyo territorio se sitúan algunos municipios.
A continuación te mostramos una lista de poblaciones de interés. Además, en su casco urbano y alrededores encontrarás casas y hoteles que forman parte de la red de alojamientos de turismo rural de Almería:
- Lubrín: en las estribaciones de la Sierra de los Filabres, su característico caserío blanco y apiñado le confiere un aspecto muy pintoresco. La Plaza de Arriba y la Plaza de Abajo son dos de sus lugares más simbólicos, así como la fuente y el lavadero municipal. Es, además, un pueblo con un rico patrimonio etnográfico, como puede apreciarse en el Centro de Interpretación de la Alimentación Rural
- Huércal Overa: en lo que a construcciones históricas se refiere, destaca la elegante iglesia de la Asunción, barroca de inspiración murciana. De hecho, alberga en su interior una de las primeras tallas procesionales de Francisco Salzillo. También cabe mencionar la torre nazarí medieval, recientemente restaurada. Además, cuenta con otros espacios visitables, como el Museo del Agua, el Museo Etnográfico y las trincheras de la Guerra Civil
- Cuevas de Almanzora: este pueblo es uno de los más atractivos para el turismo rural en Almería, no solo porque en su término municipal hay playas y calas en la que darse un baño, sino porque en su casco antiguo se pueden contemplar interesantes monumentos. Por ejemplo, el Castillo del Marqués de los Vélez, uno de los más imponentes de la provincia. En Villarico, pedanía de Cuevas de Almanzora, también se erige un interesante castillo defensivo. Y a 2 km del casco urbano se encuentran las Cuevas de Calguerín, excavadas en la roca, que sirvieron de viviendas-refugio desde tiempos inmemoriales. Además, es uno de los pueblos más interesantes en lo que a museos se refiere, pues cuenta con varios: el Arqueológico, el Etnográfico, el José María Álvarez de Sotomayor y el de Arte AMC
- Antas: apacible y de calles aireadas, la principal construcción en su casco urbano es la iglesia de Santa María de la Cabeza, así como el Acueducto en El Real (siglo XIX). Otro de los lugares de mayor valor es, sin duda, el yacimiento arqueológico de El Argar (entre el 3.000 y el 2.000 a.C), que da nombre a una de las culturas más importantes de la Edad del Bronce en Europa, continuadora de la de Los Millares. Aunque su visita no está tan acondicionada como otras, las piezas extraídas de este enclave se pueden encontrar en algunos de los museos arqueológicos más importantes del sur y el levante peninsulares, así como en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid