Aunque en la ciudad de Granada se han documentado hallazgos de época romana, identificados a menudo con Iliberis, lo cierto es que fueron los árabes quienes procedieron a su fundación definitiva en el siglo XI, llegando a su verdadero apogeo entre los siglos XIII y XV. Fue capital del próspero y culto Reino Nazarí, último reducto del Islam en la Península Ibérica.

Precisamente por ello, su conquista fue el gran objetivo político de los reyes cristianos en época medieval, en especial de los Reyes Católicos: Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Y tras una década de guerra, esto se produjo a finales de 1491 con las Capitulaciones firmadas por éstos y el último rey granadino, Boabdil el Chico, que se hicieron efectivas el 2 de enero 1492 con la entrega de las llaves de la Alhambra.

Desde entonces, a finales del siglo XV y comienzos del XVI, las decisiones y los acontecimientos fueron encaminados a instaurar y asentar la fe cristiana. Principalmente, la expulsión de la población judía con el Edicto de Granada, la construcción de templos católicos y, más adelante, el sometimiento de los moriscos tras la rebelión de las Alpujarras, a mediados de dicha centuria. 

De esta manera, la zona comercial de la Granada árabe fue el lugar elegido por la nueva población cristiana para su asentamiento. Y en ella se levantaron los dos lugares de mayor interés en esta visita guiada: la Catedral y la Capilla Real de Granada. La segunda está anexa a la primera, aunque en realidad son espacios independientes.

De hecho, la Capilla Real es más antigua que la propia Catedral, pues los Reyes Católicos ordenaron su construcción como lugar de eterno reposo y como templo católico en 1504, antes de que se iniciara el proyecto catedralicio, de 1506 en adelante. Una ubicación muy simbólica y no elegida al azar: los monarcas españoles querían, de esta manera, quedar siempre ligados a lo que consideraron el desenlace de su gran obra, es decir, el punto y final a la Reconquista.

Y la misma decisión se tomó en relación a sus sucesores, Felipe I el Hermoso y Juana I de Castilla, llamada ‘la Loca’ de forma controvertida en la actualidad y en cuyo nombre gobernó el rey-emperador Carlos I y V de Alemania. También descansa aquí el príncipe Miguel de la Paz, muerto cuando era niño y cuando tenía los títulos de príncipe heredero de Asturias y de Portugal.