Información para venir a Jaén de turismo. Todo lo que debes saber

En Jaén, el turismo es una apuesta cada vez más firme. La capital de la provincia homónima alberga interesantes monumentos histórico-artísticos y una deliciosa gastronomía, motivos suficientes para pasar aquí uno o varios días de visita. En esta página te contamos cuáles son los atractivos principales de esta ciudad y te ofrecemos información útil para que puedas organizar mejor tu estancia.

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La historia de Jaén capital se remonta muchos siglos atrás, pues las diferentes civilizaciones que la poblaron entendieron su valor estratégico. Esto hizo que en el territorio de la ciudad y su entorno acontecieran importantes batallas militares, en periodos muy diferentes. La céntrica Plaza de las Batallas así se lo recuerda al visitante.

Jaén en la antiguedad

Ya desde la etapa calcolítica (Edad del Cobre) se documentan arqueológicamente asentamientos dispersos en la zona, como el de Marroquíes Bajos y el Oppidum de Puente Tablas. Aunque el verdadero origen urbanístico de la actual Jaén se establece en torno al 800 a.C. en la ladera del cerro de Santa Catalina, donde los historiadores creen que estuvo el santuario del pueblo íbero de Oretania. La variedad de objetos hallados en excavaciones arqueológicas certifican su importancia y han permitido la creación de un museo dedicado a esta civilización, el más importante de toda España.

A mediados del siglo III a.C. Jaén se vio envuelta en las guerras púnicas, hasta el punto de convertirse en una fortaleza para Aníbal. En torno al 207 a.C. pasa a manos romanas, ejerciendo control militar y tributario sobre ella. Nunca fue una gran ciudad romana, como otras de esta comunidad autónoma (como Córduba, Malaga o Gades), pero sí ha dejado interesantes restos arqueológicos de la antigua Aurgi (nombre que le dio este pueblo), como mosaicos.

Jaén en la Edad Media

Con la caída del Imperio romano se asentaron los visigodos y tuvieron aquí su frontera con los dominios bizantinos durante el siglo VII d.C. Pero fue la llegada de los árabes a comienzos del VIII lo que supuso un gran cambio para Jayyān, nombre que le dieron los nuevos dominadores musulmanes. Se urbaniza la zona que hoy es el barrio de la Magdalena y se fortifica la cumbre del Cerro de Santa Catalina, con su correspondiente alcázar. Palacios, mezquitas, baños e incluso un walí o gobernador nos hacen entender su importancia entonces. De hecho, llegó a ser capital de la cora de Yayyan y centro productor de cereales y otros cultivos, todo ello gracias al avanzado sistema de regadío implantado por los árabes.

Una nueva etapa se abrió para Jaén a partir del reinado de Fernando El Santo. Fue sitiada en varias ocasiones y tomada finalmente en 1246, mediante pacto de vasallaje del rey nazarí Al-Ahmar. Tras ello, aumentó progresivamente su importancia en el conjunto de Castilla, con representación en Cortes, judería y tribunal de la Inquisición, llegando a acoger la Corte de los Reyes Católicos y reuniones con Cristóbal Colón.

La Edad Moderna y Contemporánea en Jaén

Con la dinastía de los Austrias, Jaén mantiene su importancia en el siglo XVI, basando su economía en los cereales, la artesanía y la industria del curtido de pieles. Es, además, el periodo de construcción de su excepcional catedral renacentista.

Pero en el siglo siguiente, la ciudad comienza un declive (peste, malas cosechas, luchas nobiliarias) del que se recuperó tímidamente con la llegada de la dinastía Borbón, que revitalizó su actividad gremial. 

En el siglo XIX, Jaén prácticamente solo es protagonista por su importancia estratégica en guerras y luchas militares: el saqueo por los franceses en la Guerra de la Independencia, quienes tomaron el castillo y lo usaron como guarnición militar, y batallas entre absolutistas y liberales durante el Trienio Liberal. Enfrentamientos que se prolongaron durante las guerras carlistas y el Sexenio Revolucionario. 

En el XX, el socialismo tuvo aquí gran auge en las primeras décadas hasta la guerra civil, manteniéndose leal a la República, lo que motivó un bombardeo el 1 de abril de 1937 en el que murió más de un centenar de personas, siendo considerado como el ‘Guernica andaluz’. La dura posguerra no se superó hasta los años 60, cuando el tejido empresarial ganó enteros. En la actualidad, la Universidad (inaugurada en 1993) y la revitalización del sector servicios de Jaén, y su turismo, tratan de tirar del carro de la economía de la ciudad. 

Visitar Jaén por turismo te permitirá conocer lo más interesante de esta pequeña ciudad de poco más de 110.000 habitantes. Al llegar te llamará la atención su ubicación, en medio de un mar de olivos, algo que caracteriza a toda la provincia. Su casco antiguo conserva rincones con encanto y panorámicas sorprendentes gracias a sus calles empinadas, como por ejemplo el mirador de la calle Duque.

Castillo de Jaén

El cerro y el castillo de Santa Catalina

Pero para vistas espectaculares, las del Cerro de Santa Catalina, desde cuya cima se divisa no solo la ciudad a vista de pájaro sino también sus montañosos alrededores, pertenecientes a la sierra de Jabalcuz. El origen mismo de la ciudad está relacionado con este cerro y es aquí donde se encuentra uno de los grandes reclamos de Jaén en turismo: el castillo de Santa Catalina

Su nombre viene de una capilla gótica que se construyó en la fortaleza en los siglos XIII y XIV, tras su reconquista. Pero su historia viene de mucho más atrás. Ya los íberos, en los siglos IV-III a.C. levantaron aquí un oppidum, con sillares de piedra ciclópeos, y poco después los cartagineses de Aníbal crearon un primer castillo. Los árabes remodelaron ampliamente la fortaleza, construyendo lo que se conoce como Alcázar Viejo. Posteriormente, los cristianos ampliaron el conjunto, con un Alcázar Nuevo y una Torre del Homenaje que unía este con una prolongación del Alcázar Viejo: el Abrehuí. En la actualidad, quedan en pie el Alcázar Nuevo como recinto visitable, mientras que sobre los restos de las otras edificaciones se construyó el Parador de Santa Catalina. Y hasta aquí llega el recorrido a pie de la romería que hacen los jienenses el día de Santa Catalina (25 de noviembre), donde se asan sardinas para todos.

Vistas de la Catedral de Jaen

Catedral y monumentos religiosos

La otra gran joya que ofrece Jaén al turismo es su catedral. Considerada una de las obras maestras del renacimiento español y, en particular, del arquitecto Andrés de Vandelvira, aunque en este templo también se mezclan otros estilos artísticos posteriores, como son el barroco y el neoclásico. Comenzó a construirse en el siglo XVI para sustituir al anterior edificio gótico del XIV, y los trabajos se prolongaron varios siglos, especialmente tras el terremoto de Lisboa de 1755. Se levanta donde estuvo la mezquita aljama y está dedicada a la Asunción de la Virgen. 

Su fachada es su elemento más reconocible, por ser una lograda combinación de la simetría renacentista y la riqueza decorativa barroca. Su interior es también de gran interés, con reliquias y obras de arte de primer nivel. Por ejemplo, la reliquia del Santo Rostro, conservada en una capilla mayor, donde todos los viernes se expone ‘la Verónica’: el paño que según la tradición uso Verónica para limpiar el rostro de Jesús en su camino del Calvario y que, milagrosamente, quedó impreso en él. Se expone en un marco de plata con piedras preciosas, del siglo XVIII. Otro elemento de gran valor es el coro, uno de los más grandes de España en cuanto a número de sitiales y data del siglo XVIII. El trascoro, en su parte posterior, es también una interesante construcción que mezcla mármoles de diferentes colores: blanco de Carrara, negro de Jabalcuz y rojo de Cabra. El templo cuenta con numerosas capillas dedicadas a diferentes santos.

Además, existen otras iglesias y templos de Jaén. El turismo religioso que recibe la ciudad no puede pasar por alto la iglesia del Sagrario, obra de Juan de Villanueva y adosada a la catedral a finales del siglo XVIII. Aunque su exterior es sobrio, el interior es de gran elegancia, con una cúpula neoclásica y un altar decorado con una Asunción de Mariano Salvador Maella.

Interesante es también el Convento de Santo Domingo, que en su día fue sede del Tribunal de la Inquisición en Andalucía y que conserva un bello claustro renacentista. Igualmente destacable es la basílica menor de San Ildefonso, por albergar en su interior la Virgen de la Capilla, patrona de Jaén que procesiona el 11 de junio, y la tumba del arquitecto Andrés de Vandelvira. La iglesia de la Magdalena, por su parte, puede presumir de ser la más antigua de la ciudad, levantada en época medieval sobre una mezquita, de la que aún conserva su minarete. Tampoco queremos olvidarnos de la iglesia de San Bartolomé (siglos XVI-XVIII), en la plaza del mismo nombre, con un bonito artesonado en la techumbre, una original pila bautismal de cerámica vidriada verde y un estupendo retablo del siglo XVI.

Otros lugares de interés

Si vas a venir a Jaén de turismo por uno o dos días, los lugares que puedes visitar van más allá. Uno sobrecogedor es el Refugio Antiaéreo de la Plaza de Santiago, construido en 1937 tras el bombardeo sufrido por la ciudad durante la Guerra Civil, que se ha conservado como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar en periodo bélico. Se ha musealizado y, además de explicar aquel triste episodio, se ha habilitado como un espacio de paz y reflexión.

Pero el Refugio Antiaéreo de Santiago no es la única sorpresa subterránea para quienes vienen a Jaén por turismo. Existe otro de mayor valor histórico si cabe: los baños árabes, ubicados dentro del Palacio de Villadompardo, un edificio bello en sí, pues fue la residencia de un importante personaje en el siglo XVI: Fernando de Torres y Portugal, Virrey del Perú. Pero su construcción se realizó, en su momento, sobre una auténtica joya arqueológica: unos baños árabes descubiertos en el siglo XX y que se consideran los más grandes y mejor conservados de España. De hecho, se puede realizar el recorrido que los bañistas hacían en en siglo XI y XII: vestíbulo, sala fría, sala templada (probablemente la más espectacular) y la sala caliente.

Los baños árabes se ubican en un barrio de gran interés: la denominada judería. De hecho, los baños no solo fueron utilizados por la población musulmana, sino también por judíos y cristianos en días distintos. Este barrio está integrado en la red de juderías españolas Caminos de Sefarad y fue el lugar de nacimiento de Hasday ibn Shaprut, un importante médico y diplomático de la corte de Abderramán III. En las calles angostas de este barrio, que tras la expulsión de los sefardíes recibió el nombre de Santa Cruz, apenas quedan vestigios de lo que fue en su origen, aunque hay consenso en indicar que la iglesia de San Andrés fue una sinagoga.

Otro buen ejemplo de la mezcla de culturas que se vivió en Jaén en época medieval es el Salón Mudéjar. Su techumbre es un magnífico alfarje de madera policromada, único en la ciudad, y su elaboración se remonta al siglo XV. El edificio ahora alberga el Palacio Municipal de Cultura y en este salón se celebran eventos culturales.

Por supuesto, si vienes a Jaén de turismo, te interesará conocer sus principales museos, que son cuatro:

  • El Museo Íbero: se trata del único museo dedicado en exclusiva a esta civilización que habitó en España mucho antes de la llegada de los romanos. Y no es casualidad que se haya elegido Jaén, puesto que fue uno de sus principales focos poblacionales y religiosos de la Oretania. Expone cerca de 300 piezas llegadas de los yacimientos arqueológicos locales, pero también de otras importantes instituciones, como el Museo Arqueológico de Sevilla o el Museo Municipal de Baza
  • Museo Provincial de Jaén: es el museo más completo de la ciudad en cuanto a propuestas expositivas, pues muestra numerosas piezas recuperadas en excavaciones de la provincia, pero también cuenta con una interesante sección de Bellas Artes, con obras de Antonio López o José Nogué.
  • Museo Internacional de Arte Naif Manuel Moral: ubicado en el Palacio de Villardompardo e impulsado por el artista que le da nombre, quien donó sus obras de este estilo a la Diputación de Jaén, y el turismo de la ciudad se beneficia ahora de ello
  • Museo de Artes y Costumbres Populares: situado también en el Palacio de Villardompardo, ofrece una visión de la vida en la ciudad y la provincia: la vid, el olivo, la artesanía, etc.

Otros espacios populares entre los jienenses son la Alameda de Capuchinos, entre el convento de las Bernardas y la plaza de toros, y la Plaza de la Constitución, desde la que parten las principales calles de casco urbano.

Además de los monumentos religiosos y los museos, en Jaén el turismo ofrece un lado más popular. Como en toda Andalucía, los jienenses son muy dados a salir de tapeo con los amigos, poblando las numerosas terrazas de bares y tabernas. Uno de los barrios más animados en este sentido es el de San Ildefonso, donde incluso hay establecimientos con estrellas Michelin. Pero también las calles más cercanas a la catedral, como Cerón o Arco del Consuelo, donde se ubican las tascas más populares del centro. O incluso en el entorno de la Plaza de la Constitución, donde encontrarás cadenas y establecimientos grandes

Y lo que podrás degustar en estos locales son, por lo general, tapas gratuitas y abundantes, donde el aceite de oliva virgen extra se hace sentir. ¡Es el producto por antonomasia de la provincia! Las aceitunas, por supuesto, también son de primera, y no faltan como aperitivo en las barras de los locales, especialmente las aceitunas de cornezuelo, que es la variedad de mesa de mayores dimensiones. El motivo por el que no es tan fácil encontrarla a gran escala es que, una vez introducida en agua, solo aguanta tres meses en buenas condiciones. Pero en Jaén, el turismo gastronómico sí se acuerda de ella, siendo uno de los alimentos más característicos del centro. Para el aliño, todo un arte, se puede emplear hinojo, tomillo macho, laurel y mucho más.

Otra de las señas de identidad de la cocina jienense es la pipirrana, un plato sencillo a base de tomate, pimiento, atún, huevo cocido y, cómo no, aceite de oliva. Se puede servir a modo de ensalada, pero es más habitual ‘mojando sopas’, empapada al estilo del gazpacho y con trozos de pan. Otro manjar es el choto al ajillo, con carne de cabrito lechal sofrita con pimientos y vino blanco. O un plato que no por humilde es menos rico: las migas con avíos, con tocino, huevo, chorizo, ajo y pimientos.

Fiestas y ocio

Si el tapeo es una actividad común entre sus gentes, las fiestas y verbenas muestran el lado más animado en fechas señaladas para Jaén y su turismo. Como comentábamos, la patrona de la ciudad es la Virgen de la Capilla que se celebra el 11 de junio, con procesión y festejos. Muy popular es también la romería de Santa Catalina a finales de noviembre, subiendo en procesión al castillo y asando sardinas para todos. La Romería de la Virgen Blanca el tercer domingo de septiembre y las fiestas de la Divina Pastora en el barrio de San Ildefonso son otras fiestas religiosas y muy seguidas. En esta última se organiza el revoleo de banderas, toda una exhibición de destreza. Las Cruces de Mayo también se viven con intensidad, engalanando las fachadas con cruces florales, mientras que las lumbres de San Antón en enero dan luz a la noche jienense, con hogueras en honor al protector de los animales, melenchones típicos y degustación de calabazas asadas y rosetas de maíz.

Pero sin duda, la gran celebración religiosa del año es la Semana Santa de Jaén. Por turismo o devoción, muchos son los que vienen a presenciarla en primera persona. Durante toda una semana tienen lugar numerosas salidas de diferentes cofradías, siendo el momento álgido la madrugada de Viernes Santo, con la procesión de la imagen del Abuelo. 

También tiene carácter popular la feria de San Lucas, durante una semana en torno al 18 de octubre. Es la verbena de la ciudad, que se celebra en el recinto ferial Alcalde Alfonso Sánchez, con sus habituales casetas, atracciones y feria taurina.

Por último, si vas a viajar a Jaén por turismo entre finales de otoño y principios de noviembre, echa un vistazo al Festival de Otoño, que ya se ha convertido en un clásico. Su programación incluye cada año actuaciones musicales de muy diferentes estilos, obras de teatro, espectáculos infantiles y otras propuestas para todos los públicos.

Para preparar tu viaje, te será útil saber cómo llegar a la ciudad, cómo puedes moverte durante tu estancia y qué oficinas de turismo hay para ampliar información. A continuación te lo mostramos.

Cómo moverse por Jaén

En Jaén, el turismo que hagas será probablemente a pie. Las distancias son cortas y muchas de las calles del centro son estrechas, por lo que caminar será la mejor opción en muchos casos. Cierto es que muchas calles son empinadas, de modo que puedes usar el servicio de taxi para tus desplazamientos. En la ciudad encontrarás cerca de una veintena de paradas de taxi con servicio 24 horas, aunque también podrás llamar por teléfono a las dos asociaciones del gremio (TeleTaxi  953 271 010 y RadioTaxi 953 222 222).

El taxi será también el medio de transporte a usar para ir al Parador y al Castillo de Santa Catalina, dado el fuerte desnivel que hay entre estos lugares y la ciudad.

En cuanto al autobús urbano, Jaén cuenta también con una veintena de líneas, teniendo en la Plaza de la Constitución y la calle Virgen de la Capilla su principal epicentro.

La forma más habitual de llegar hasta Jaén es por carretera.

Por la provincia pasan varias autovías, como la A-4, que conecta Madrid con Córdoba y Sevilla, por lo que Jaén es paso obligado entre ambos destinos y una óptima parada turística de varios días. La autovía que da servicio a la capital es la A-44, que la une con Granada y su provincia. La A-32 conecta el norte jienense y la carretera A-316 atraviesa todo el territorio de noreste a suroeste.

steering wheel

Pero sin duda, la vía más usada por quienes vienen a Jaén de turismo es la carretera. Si lo haces con un vehículo privado, la autovía A-44 es el principal acceso, tanto por el norte como por el sur. Es la autopista que sale de la A-4 y termina en Granada, por lo que es una opción práctica para quienes llegan desde Madrid y Castilla-La Mancha, o bien desde Granada. Y por otro lado, la carretera A-316 es el otro gran eje transversal este-oeste, conectando la capital con otras localidades importantes de la provincia, como Úbeda, Baeza o Martos.

bus

Por lo que respecta al autobús, a la estación central de Jaén (Plaza de la Libertad) llegan autobuses de prácticamente toda la provincia, pero también desde varias capitales andaluzas (Málaga, Almería, Granada, Córdoba) y desde otros puntos de España, como Madrid y Valencia.

train

En tren, las opciones pasan por la Media Distancia, puesto que a la ciudad no llega la Alta Velocidad. Está previsto que así sea en el futuro, lo cual sería un gran impulso para Jaén y su turismo. La estación se encuentra en la Plaza de Jaén por la Paz, Estas son algunas de las líneas disponibles, con la respectiva duración del trayecto: Madrid-Jaén: 4 horas Sevilla-Jaén: 3 horas Córdoba-Jaén: 1 hora y 45 minutos

departures

Para quien viaja desde otros países y quiere llegar directamente a la ciudad, el avión es el medio de transporte más cómodo. El aeropuerto más cercano es el de Granada, a poco más de 100 kilómetros, conectado con varias comunidades autónomas españolas (Canarias, Cataluña, Comunidad de Madrid, Islas Baleares, País Vasco y Melilla), así como con otros países europeos (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido). Para llegar desde otras procedencias, las opciones pasan por Málaga (unos 200 km) o Sevilla (unos 230 km).

Oficinas de información turística

La ciudad de Jaén cuenta con dos oficinas de información turística, situadas ambas en el centro. Atienden en varios idiomas y ofrecen folletos, mapas, libros explicativos y otros recursos para moverte por la ciudad. Son:

  • Oficina Municipal: Calle Maestra, 8, a escasos 100 metros de la catedral
  • Patronato Provincial de Turismo: Plaza de San Francisco, 2

Más información para viajar a Jaén